El Ayuntamiento de Málaga deberá incrementar la acción sancionadora municipal frente a las conductas incívicas de aquellos que ensucien la ciudad con actitudes como arrojar desperdicios a la calle, no recoger los excrementos de los perros o depositar la basura en el suelo o en los contenedores fuera del horario establecido (a partir de las nueve de la noche).

El pleno del Ayuntamiento respaldó de manera unánime la propuesta presentada en este sentido por el grupo Ciudadanos, que aboga por exigir el cumplimiento real de las ordenanzas que abordan el problema de la limpieza en nuestra ciudad, «incrementando la acción sancionadora de la administración frente a las conductas incívicas».

La justificación que lleva a incrementar la acción sancionadora se centra en que, hasta ahora, el Ayuntamiento no le ha otorgado «suficiente importancia», por lo que, aunque el malagueño es cada vez más consciente de mantener limpios los espacios públicos «aún queda mucho por hacer».

El resumen general de esta iniciativa es que se sanciona poco. Como ejemplo, los datos sobre multas impuestas por la Policía Local en 2015 señalan que hubo 436 sanciones por no recoger las cacas de perros; 1.064 por orinar en la calle; 54 por tirar colillas, pipas o desperdicios a la vía pública y 110 por tirar la basura a destiempo o fuera del contenedor.

El aumento de la actividad sancionadora deberá ir acompañado, según el acuerdo, por una continuidad en las campañas de sensibilización hacia las conductas incívicas, «haciendo especial hincapié en el público en edad escolar».

El acuerdo tiene un tercer punto que, en esta ocasión, no contó que el apoyo del grupo Málaga Ahora, que rechazó el término de «reeducación» de la juventud, al defender la posibilidad de permutar la sanción económica por trabajos en beneficio de la comunidad.

Con excepción de esto último, todos los grupos hicieron suyas las propuestas presentadas por Ciudadanos. El edil de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, llegó a decir que «parece que la moción la hubiésemos escritos nosotros» y se ratificó en «seguir sancionando al que no cumple, pues resulta inadmisible».

Contrato de Limasa. Limasa fue igualmente protagonista de un segundo acuerdo del pleno, propiciado por Ciudadanos y que tuvo el respaldo de todos los grupos. El acuerdo insta al equipo de gobierno a que «no demore más» la decisión sobre el futuro modelo de Limasa a fin de que «no haya que prorrogar el contrato» actual dado lo «caro e ineficaz» del servicio. El voto fue unánime, pero la discusión previa reveló que la voluntad de su cumplimiento es relativa al señalar el concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, que «si fuese necesario prorrogar unos meses, habrá que hacerlo».