Rogelio Lopera, el vecino que lleva 12 años alertando en solitario de la lenta desaparición de la Laguna de la Barrera, ya no está solo. Cuando el pasado 28 de abril anunció en La Opinión que si la situación no se arreglaba tiraría la toalla, la abogada Patricia Criado, vecina de la laguna desde diciembre de 2015, confiesa que se conmovió. «Pensé, no puede ser que este hombre tire la toalla, me llegó al corazón. No podíamos dejarle así».

Usuaria del parque, compartió la preocupación con otros asiduos a esta zona verde, por la bajada continua del nivel del agua y hace dos semanas y media puso en marcha una reivindicación en la plataforma de internet change.org, dirigida al Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía, con el nombre de Salvar la Laguna de la Barrera para que recupere sus niveles originales, dado que «ha dejado de recibir aportaciones de agua de forma natural». Por eso llama la atención sobre que, si la situación continúa, «en dos años se habrá secado».

«La reacción de la gente me ha sorprendido bastante», admite Patricia, al tiempo que señala que se han recibido cerca de 2.300 firmas de apoyo, aparte de más de mil recogidas en la calle.

Por su parte Rogelio Lopera detalla: «He vivido 30 años en El Atabal, he conocido la laguna cuando era un escombrera y también cuando el agua llegaba hasta el segundo escalón de la escalinata. En los últimos años el nivel habrá bajado unos 7 metros».

Por este motivo, los vecinos se suman al criterio de Rogelio Lopera y consideran que la solución más sencilla está pegada a la verja del Parque: el arroyo de Las Casillas. Por este arroyo, señalan, suelen bajar de forma periódica en dirección al mar aguas sobrantes de la Estación de Tratamiento de Aguas Potables del Atabal y sólo habría que conectar una tubería del arroyo a la laguna. «Lo que queremos es que ese agua se aproveche para la laguna», recalca Ana María Suárez.

Como informó este diario en enero de 2010, la entonces concejala de Medio Ambiente, Araceli González, visitó la laguna y dio el visto bueno a la tubería que conectara el arroyo con la laguna, respaldada por técnicos de Emasa, pero nunca se llegó a realizar.

Patricia Criado cuenta que la plataforma quiere reunirse con las dos administraciones para conocer su opinión, aunque señala que los vecinos «estamos dispuestos a llegar a Europa si es necesario, porque fuera de España están muy preocupados con el Medio Ambiente y aquí, hasta que no les tiran de las orejas, no hacen nada».

Para Agustín Barrajón, que también forma parte de la plataforma, «hay que hacer ruido para que se muevan las sillas de los despachos».

Tanto para Rogelio Lopera como para Patricia Criado la realización de varias obras han cortado el suministro de veneros tradicionales que nutrían la laguna, «porque se alimenta por abajo, no por las lluvias, si aquí no llueve», recalca Rogelio, que estuvo a punto de desistir de su lucha de 12 años y ahora se ve arropado por una plataforma vecinal, Salvar la Laguna de la Barrera, que no deja de crecer.