El antiguo Museo del Císter, cerrado desde que las monjas abandonaron el convento del Centro y se trasladaron a El Atabal en 2009, acogerá el Instituto Superior de Ciencias Religiosas San Pablo en el primer semestre del año próximo, una vez que terminen las obras de adaptación que el Obispado de Málaga quiere contratar antes de final de este año.

El vicario de asuntos económicos de la Diócesis de Málaga, Guillermo Tejero, explicó que ya tienen la licencia de obra y están en plena licitación de los trabajos para adaptar el antiguo museo del Císter que acogerá las dependencias de la escuela de teología, que actualmente se encuentra en el Palacio del Obispo.

Tejero apuntó que el proyecto es muy sencillo, ya que sólo se trata de adaptar el museo para incorporar 6 aulas, un salón de usos múltiples con capacidad para unas 150 personas y algunos despachos. «El edificio está nuevo y con sólo dos o tres meses de trabajos se podrá abrir», apuntó el vicario de Asuntos Económicos, quien subrayó que con este cambio de uso se mantiene «el fin piadoso» para este inmueble.

Los trabajos previstos se centrarán en mejorar las instalaciones básicas del edificio y adaptarlas a los nuevos usos, cambiar la distribución interna de los espacios y abrir ventanas, ya que el anterior uso museístico aconsejó cerrar las dependencias y, con el destino educativo, se abrirán para dar luz procedente del patio interior.

Además, el edificio se adaptará a la normativa asociada al nuevo uso, sin entrar en obras más complejas ya que la estructura está en muy buenas condiciones desde que se hicieron las obras del museo.

Estos trabajos permitirán utilizar parte del complejo de edificios del antiguo convento del Císter, sin uso desde que en 2009 las monjas que quedaban de esta orden se trasladaron al convento de El Atabal, ante la imposibilidad de seguir manteniendo el edificio.

El inmueble pasó al Obispado, que mantiene abierta la abadía de Santa Ana a cargo de la hermandad del Sepulcro y ahora adaptará el antiguo museo para acoger el Instituto Superior de Ciencias Religiosas. Queda por definir el destino de otra ala del antiguo convento, que da a la calle Marqueses de Moya y que es donde se trasladaron las monjas tras la remodelación del convento en 2007.

El Obispado de Málaga está en plena negociación para buscar otro uso a este inmueble, aunque todavía no cuenta con ninguna propuesta cerrada.

El edificio del convento del Císter acogió durante 400 años a una congregación de monjas de esta orden, siendo muy conocida en Málaga y con una repostería muy consumida. La carencia de vocaciones provocó la marcha de esta orden, ya que sus últimas integrantes tenían más de 80 años. Ese convento acogió además a las hijas de Pedro de Mena, por lo que en su patrimonio cuenta con varias piezas de este imaginero.