­Un depósito del 20% del precio de la propiedad sacada a subasta es el único requisito que se exige para poder participar en una puja de la Agencia Tributaria. Los particulares interesados en hacerse con alguno de los bienes embargados por Hacienda tienen dos vías para hacerlo. Bien personándose en la Delegación de la Agencia Tributaria donde se convoque la puja a la hora fijada, o bien a través de internet siempre que el interesado disponga de un DNI electrónico o con certificado de usuario expedido por el organismo para acreditarse como licitador. En ambos casos, y antes de comenzar la subasta, tendrá que realizarse un depósito del 20% del precio de salida del producto que se quiera adquirir. Una vez que el licitador resulta adjudicatario de un determinado lote -el tiempo concedido para hacer cada puja es de dos minutos-, este quedará obligado a firmar el acta de la subasta y pagar el resto del precio de adjudicación en los 15 días siguientes. Pero si no se paga en ese plazo, se perderá el depósito y queda automáticamente anulada la adjudicación. La anulación de la adjudicación hecha en subasta puede suponer la adjudicación automática al segundo postor, siempre y cuando su oferta se mantenga y no sea inferior en más de dos tramos a la que resultó impagada. En cualquier otro caso, el lote pasa a adjudicación directa, en la que los interesados en los bienes sacados a la venta presentan por correo o en sobre cerrado una oferta que después será estudiada por la Agencia Tributaria. La adjudicación se hace al que presente la mejor oferta económica, siempre que se considere suficiente, de lo contrario pasará a formar parte del patrimonio del Estado.

Hacienda subasta dos tipos de bienes. Unos provienen del departamento de Recaudación y otros de Aduanas. Con la venta de los primeros, la Agencia Tributaria se propone cubrir los impagos por parte del contribuyente al que le fueron embargados los bienes. En el caso de las pujas procedentes del Servicio de Vigilancia Aduanera, se trata de propiedades abandonadas o decomisadas. En los lotes subastados por Aduanas en España hay de todo: desde puros (Montecristo y Chiba), vinos, licores o yates, hasta cajas de cables, estuches, protectores de pantalla, bolsos de fiesta, gafas de sol e incluso bufandas o sujetadores.