­Durante las últimas décadas, Málaga ha sido una de las provincias que ha liderado el crecimiento poblacional en España. El boom urbanístico, además, hizo que su franja litoral incrementara de forma histórica su población y aunque la posterior crisis económica suavizó esa tendencia al alza el escenario para el futuro más cercano sigue siendo de subida de habitantes.

Así lo ponen de manifiesto las últimas cifras de proyección poblacional hechas públicas este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que dibuja el panorama provincial de aquí al año 2031. Y Málaga, rompiendo la tendencia nacional, no sólo experimentará un incremento de población, sino que además liderará con Madrid ese crecimiento. En 2031, España tendrá 45,8 millones de habitantes, frente a los 46,4 actuales.

Sólo diez provincias y Ceuta y Melilla lograrán subir en número de residentes y al frente de todas ellas estarán Madrid y Málaga. La primera ganará más de 331.000 habitantes, mientras que la provincia malagueña sumará 109.602 residentes hasta alcanzar los 1.748.554. Esa número positivo destaca aún más si se tiene en cuenta la pérdida poblacional que sufrirán otras grandes provincias como Barcelona, Valencia o Sevilla. Es más, a nivel regional, Andaucía también se verá afectada por el descenso de habitantes y sólo Málaga y Almería romperán esa dato negativo, aunque el incremento almeriense será bastante menor que el malagueño.

Según los datos del INE durante los próximos tres lustros, la provincia de Málaga ganará habitantes cada anualidad, aunque esa subida se irá atenuando año tras año, siendo más intensa en los ejercicios más cercanos a 2016. en esa tendencia al alza tendrá mucho que ver que la provincia se mantendrá como foco de atracción poblacional, tanto para los habitantes que llegan de otros países como para los residentes que se instalarán procedentes de otras provincias. Así, respecto a la inmigración foránea Málaga será la cuarta provincia en 2031, cuando se prevé que lleguen 17.428 residentes extranjeros nuevos. Málaga superará a Valencia y por delante de ella sólo estarán Madrid, Barcelona y Alicante. Del resto de España en ese año llegarán más de 16.000 personas, lo que coloca a Málaga en el quinto puesto del escalafón nacional.

Cambios demográficos. El paso del tiempo traerá también cambios importantes en la composición de la pirámide poblacional malagueña. El envejecimiento de la población es una realidad evidente desde hace unos años, y lo será aún más en 2031, cuando el 25% de los habitantes malagueños tendrán más de 65 años, frente al 17% actual.

En situación diametralmente opuesta se encontrarán la población más joven, ya que el número de nacimientos se irá reduciendo año tras año, hasta llegar a poco más de 12.000 anuales en 2013, si bien la provincia será una de las que más natalicios registre. La maternidad llegará más tarde y el grueso de los recién nacidos serán hijos de mujeres entre los 30 y los 37 años.

Con todo ello también será muy distinta la composición de los hogares malagueños. Dentro de quince años, la provincia tendrá 746.736 hogares, un 16% más que los actuales, pero su tamaño será menor. Descenderán los núcleos formados por más de cuatro personas y los más numerosos serán los compuestos por dos personas, que crecerán un 24%. Sin embargo, el aumento más destacado será el de los hogares unipersonales, que se verán incrementados en un 40% y sumarán casi 220.000. Ello quiere decir que tres de cada diez hogares estará formado por una sola persona.

A nivel andaluz, Málaga agrupará al 21% de todos los hogares de la comunidad y además será la que registrará el crecimiento más alto de la región.

España perderá 5,4 millones de habitantes. Con las actuales tendencias demográficas, España perderá 5,4 millones de habitantes, periodo en el que el porcentaje de personas de más de 65 años pasará a representar el 34,6 % de la población frente al 18,7 % actual. Sólo en los próximos quince años, hasta 2031, la población se reducirá en 552.245 habitantes, un 1,2 %, lo que situará el total en 45,9 millones en 2031, según las últimas previsiones del Instituto Nacional de Estadística (INE). La reducción de la población será consecuencia del aumento de las defunciones y la disminución de los nacimientos, situación que se acentuará a partir de 2040, dando lugar a una reducción de 8,5 millones de habitantes, un saldo vegetativo negativo que no podrá ser compensado con el saldo migratorio previsto, que será positivo en algo más de tres millones de personas.