La Policía Nacional de Málaga espera que los resultados de la autopsia arrojen más luz a la muerte del hombre cuyo cuerpo fue hallado este viernes a unos ochenta metros de un apeadero de Renfe en el entorno del aeropuerto. Identificado como un extranjero de unos 44 años de edad, su cadáver fue encontrado con las manos atadas a la espalda y con los pantalones bajados. Aunque las fuentes consultadas aseguraron a este diario que no presentaba signos visibles de violencia, también dejaron claro que esto no significa que la muerte no se produjera de forma violenta, motivo por lo que los investigadores prefieren esperar al informe de los forenses para sacar conclusiones.

El cuerpo fue encontrado a primera hora de la mañana y una decena de agentes del Grupo de Homicidios y de la Policía Científica acordonaron la zona para recabar posibles indicios que permitan esclarecer las circunstancias de esta misteriosa muerte.

Se fijaron especialmente en la ropa que hallaron cerca del cuerpo y en un carrito que los viajeros utilizan para transportar sus correspondientes equipajes. Durante toda la mañana, los policías utilizaron un biombo para tapar el cadáver y para que la comitiva judicial pudiera trabajar con cierta intimidad. Algunas fuentes aseguraron que la zona en la que se encontró el cuerpo suele ser frecuentada por algunas personas sin techo que incluso pernoctan.

La primera alerta fue dada en torno a las 8.52 horas de la mañana por un vigilante de seguridad que avisó del posible fallecimiento de una persona cerca de los accesos al aeropuerto. Tras el trabajo de campo de los investigadores, la autoridad judicial autorizó el levantamiento del cadáver a última hora de la mañana, momento en el que el cuerpo fue trasladado a las dependencias del Instituto de Medicina Legal.