La economía malagueña y andaluza mantienen unas buenas perspectivas de crecimiento aunque se confirma, por un lado, que el 2016 ha traído una desaceleración con respecto al pasado año y que esa tónica de moderación se prolongará en 2017. Y es que, dentro del incierto contexto global, el efecto de factores que hasta ahora han actuado como «vientos de cola» (caso de los bajos precios del petróleo y la política monetaria europea o, a nivel nacional, el impulso fiscal) se «irán diluyendo» y ya no tendrán tanta incidencia en la marcha de la economía española.

Así lo estima al menos la entidad financiera Unicaja, que ayer presentó el último informe de su gabinete de estudios, Analistas Económicos de Andalucía, en el que se prevé para Málaga en este 2016 un crecimiento del 3% del PIB, tres décimas por encima de la media prevista a nivel andaluz (2,7%). Unicaja mantiene así, en ambos casos, las tasas ya manejadas en meses anteriores. Málaga, en este caso, sería la provincia andaluza con mayor crecimiento estimado, sólo por detrás del 3,2% previsto para Almería.

El consejero delegado de Analistas Económicos de Andalucía, Francisco García Navas, y la coordinadora de informes, Felisa Becerra, adelantaron también las previsiones para 2017. La economía de la región crecerá en principio un 2,5%, con una ligera desaceleración sobre 2016 que dará continuidad a la que ya se registra este año (en 2015 Andalucía creció un 3,3% mientras que Málaga lo hizo al 3,5%). Aunque no hay estimaciones para 2017 a nivel provincial, Becerra apuntó que en Málaga el ritmo de la economía también podría moderarse, en consonancia con la comunidad.

Respecto al empleo, Unicaja sostiene que el crecimiento previsto del empleo para este 2016 en Andalucía será del 2,8%, mientras que el número de parados se reducirá un 7,7%. La tasa de paro para el promedio del ejercicio se situará en el 29,2%, lo que arroja 1,17 millones de desempleados en la comunidad. En 2017, el empleo crecerá otro 2% y el paro bajaría un 5,3%, con lo que esa tasa de desempleo podría rebajarse al 27,7%, con 1,11 millones de parados. «El proceso de bajada es lento teniendo en cuenta también que la población activa permanecerá estable», dijo Becerra.

Por su parte, García Navas se mostró optimista con la evolución de la economía y recordó que a inicios de este año las perspectivas de desaceleración eran más acusadas de las que finalmente se están registrando. «La ralentización se aplaza para 2017», señaló.

A su juicio, la economía española «está haciendo los deberes» y es una de las más pujantes del contexto europeo. García Navas opinó que «tenemos mimbres para mantener la cesta del crecimiento». «Seguimos bien, lo que hay que hacer es poner en orden otras invariables que generan incertidumbre», apuntó el consejero delegado en relación al hecho de que desde finales de 2015 España mantenga un Gobierno en funciones.

También consideró, en línea con las consignas del Fondo Monetario Internacional (FMI), que puede ser momento de que los agentes sociales pacten nuevas subidas salariales que estimulen la demanda interna. «Con la cautela necesaria, hay margen para ello», dijo. Además, consideró importate que se promocione la compra de productos españoles para mantener contenidas las importaciones y consolidar así un superávit en la balanza comercial.

Sobre Málaga, destacó que está «a la vanguardia» del crecimiento andaluz y que sus indicadores de actividad y consumo, junto al de exportaciones, mantienen una evolución al alza. «La economía malagueña sigue tirando y no hay por qué prever que deje de ser así. Está asentada sobre pilares importantes», aseguró.

En relación con la demanda, se estima que en 2016 el consumo de los hogares y la inversión se incrementarían en un 3% y un 2,5% respectivamente, mientras que el consumo de las administraciones públicas lo haría en un 1,4%. Desde el punto de vista de la oferta, el crecimiento se sustentaría en la aportación positiva de todos los sectores, con subidas de la producción de entre el 0,9% en la industria y el 3,1% en los servicios.

Ya para 2017, las previsiones de Unicaja apuntan a que el crecimiento respondería a la aportación positiva de los sectores no agrarios, con un aumento del 2,6% para los servicios, mientras que industria y construcción crecerían un 2% y un 3,2% respectivamente. Becerra destacó el enorme peso del sector servicios (que supone dos tercios del PIB) y apuntó que es «el principal motor» y el que aporta más al crecimiento. Sobre la construcción, dijo que «entra en la línea de recuperación que se viene observando tras la caída de los años de la crisis».