Es más que evidente que las heridas provocadas por los últimos acontecimientos en el PSOE están en plena vigencia. Con el ruido todavía de fondo de la reaparición a fuego abierto de Pedro Sánchez, la dirección provincial del partido decidió celebrar ayer una reunión con sus cuadros directivos para empezar a dispersar las múltiples incógnitas que flotan sobre la nave socialista. A diferencia de otras ocasiones, en el PSOE de Málaga son conscientes del malestar que ha podido provocar la reciente abstención tanto entre militantes así como en algunos socialistas que ocupan también un cargo institucional. Aunque éstos últimos sean una minoría, entre ellos el alcalde de Cártama, Jorge Gallardo, el encuentro de ayer sirvió como primer paso para iniciar lo que en el seno del partido se ha acuñado como la "pedagogía de la abstención". Encabezado por el delegado de la Junta en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, y el secretario general del PSOE de Málaga, Miguel Ángel Heredia, la dirección del partido defendió el rumbo emprendido y apeló a la necesidad de construir un PSOE con vocación de mayorías y alejado de Podemos.

Entre los asistentes a la reunión, además de miembros destacados de la dirección provincial como el secretario de Política Institucional, Francisco Conejo, o el secretario de Organización, Cristóbal Fernández, también estuvieron numerosos alcaldes socialistas de la provincia, como José Ortiz de Torremolinos, o su homólogo en Benalmádena, Víctor Navas. Por parte del Ayuntamiento, acudieron también la portavoz del grupo socialista, María del Carmen Moreno, y el concejal y máximo mandatario de las Juventudes Socialistas a nivel andaluz, José Carlos Duran. Además, también hubo que destacar la presencia de rostros tan notorios entre los socialistas malagueños como el del parlamentario andaluz, Luciano Alonso, o la vicesecretaria del PSOE de Málaga, Pilar Serrano.

Después de mucho tiempo con los protagonistas temerosos de enunciar movimientos, ayer hubo más de treinta intervenciones para respaldar a la dirección provincial del partido, lo que sugiere un panorama de unidad, al menos de puertas para fuera. La brega de la dirección estará encaminada en los próximos meses en demostrar su capacidad para mantener unido al partido de cara a la celebración del próximo Comité Federal. Sobre la fecha, la gran incógnita ahora mismo entre los socialistas, Heredia defendió la tesis de prolongar la vigencia de la gestora y anteponer antes un debate interno para saber hacia dónde y de qué forma quiere ir el PSOE.