Carlos Martín, nuevo presidente de la asociación de vecinos Colinas de Toquero, en el Camino de los Almendrales, calcula que en el barrio pueden vivir, entre los nuevos bloques y la parte antigua, «cerca de mil vecinos».

Una de las preocupaciones de este rincón de Málaga entre el Seminario y El Mayorazgo es la situación de una promoción de viviendas en pleno barrio, paralizada por la crisis hace unos ocho años. Los grandes cajones de hormigón descienden sobre la colina y los jóvenes se cuelan dentro para reunirse y pintar grafitis. «Las vallas que han puesto son de obra y ya se cayó una niña una vez», destaca el presidente, mientras señala una valla. A su lado está José Serrano, que vive junto a la obra y destaca que los jóvenes «saltan la barandilla y bajan para hacer ahí sus reuniones». José recuerda que la grúa de la promoción fue desmontada tras las protestas de los vecinos por el peligro que representaba. También critica la situación Alicia Silva, vocal vecinal de Urbanismo, por otro aspecto: «El problema más grande que tenemos, porque este es un barrio de autoconstrucción, es la falta de aparcamiento. Con la obra nos han puesto una valla y han cortado la calle Eufemia. Queremos hablar para que muevan la valla y tengamos más opción de aparcamiento», subraya.

La vocal de Urbanismo, que destaca que las relaciones con el Ayuntamiento son muy buenas y suele haber una rápida respuesta municipal, también destaca que otra de las necesidades del barrio es un parque infantil, pues sólo cuentan con uno muy pequeño en la sede de la asociación de vecinos.

El presidente señala que existe otro parque infantil pero en un sitio peligroso para los niños, entre las dos carreteras delante del barrio «y los padres tienen que estar continuamente vigilando a los niños chicos», destaca.

Y si preocupa el ocio de los niños, también la salud de los mayores, por eso la asociación ha pedido al Consistorio el asfaltado de varias calles, que presentan un aspecto lamentable, además de inseguro. «Tenemos quejas sobre todo de seguridad porque hay calles que aunque no llueva, resbalan, también vamos a pedir más iluminación, para que sean un poco más accesibles ya que hay muchos mayores», detalla Carlos Martín, que destaca que el hecho de que buena parte del barrio sea de autoconstrucción ha dado como resultado calles con un piso más que regular y algunas de ellas sin aceras. Por este motivo, también van a pedir aceras para las calles en las que sea posible.

La asociación, por cierto, también ha solicitado al Consistorio el cambio de la iluminación de la pista deportiva.

Y aunque los vecinos del Camino de los Almendrales viven en un entorno idílico, con preciosas vistas del Monte San Antón y el Centro, parte de estas vistas se desgracian por la presencia de postes de madera y caóticos manojos de cables de Telefónica. El colectivo vecinal también pide al Ayuntamiento que medie para que Telefónica soterre los cables.

Por último, en esta nueva etapa de la asociación de vecinos, que tiene unos 300 socios, el presidente confía en ofrecer talleres y actividades para toda las edades en una sede que, eso sí, recalca, «se ha quedado pequeña». La asociación ha comenzado esta semana clases de inglés para niños y para los adultos ofrece, entre otras materias, clases de pintura, gimnasia, manualidades y clases de maragatas, cuyo encuentro anual se celebrará pronto en la sede. «Queremos que los mayores no estén tanto con la televisión», comenta Carlos Martín.