­Málaga es conocida por su gran riqueza cultural. Sin embargo, su monumento más emblemático y el que atrae a más turistas, la Catedral, se encuentra inacabada, ya que hace 234 años tuvo lugar la paralización de las obras de su construcción por motivos económicos. Esta situación la quiere cambiar la Asociación Ciudadana Málaga por su Catedral, empeñada en promover la importancia de finalizar el proyecto original. Por este motivo, Diego Estrada Fernández, presidente de la Asociación, arquitecto e ingeniero industrial, dio una conferencia en la Sala Ámbito Cultural El Corte Inglés el pasado viernes, donde mostró cómo sería la Catedral acabada y las soluciones que propone para poder llevar a cabo su realización.

¿Cuál es el principal problema de la Catedral de Málaga?

Sin ninguna duda, las cubiertas, que se encuentran enfermas. En 2009, se hizo una obra que resultó fallida, que fue realizar una segunda piel, es decir, una cubierta sobrepuesta a la actual, que supuso una sobrecarga de 400 kilos por m² en la zona. El gran fallo fue que no se pensó en la junta de dilatación. Estas cubiertas están formadas por un material tipo sándwich, como una doble cubierta, donde destaca la lámina de plomo o metal para la impermeabilización, una capa de betún elastómero, una emulsión asfáltica, un fieltro geotextil, una capa de mortero bastardo y dos capas de solerías de baldosas cerámicas trapezoidales. La que más dilata es la de plomo, pero como están todas unidas, una arrastra a la otra, provocando grietas en las cubiertas. En un futuro será catastrófico, porque darán lugar a las temidas goteras, agravando un problema que se podría haber resuelto. Si en Málaga lloviese más, ya hubiera ocurrido.

¿Qué soluciones propone para finalizarla?

La solución primordial sería remover la obra mencionada, pero hay que hacerlo cuidadosamente porque se hizo indebidamente sobre las 23 primitivas bóvedas emergentes, del siglo XVI y XVII, y entre ellas la más importante es la bóveda de crucería, ya que es la que tiene más altura y diámetro. El principal error es que no se pensó que no son resistentes, son como un falso techo, un mero elemento decorativo. Asimismo, hay que finalizar el proyecto original y el de Antonio Ramos Medina, con los planos que le envió el arquitecto de la corte Ventura Rodríguez, así se evitaría las goteras. La idea era colocar una cubierta a dos aguas, es decir, como una sombrilla o paraguas para esa zona inacabada. En época de lluvias, las aguas evacuarían hacia los laterales, es decir, el Patio de los Naranjos y calle Postigo de los Abades, evitándose inundaciones y fisuras como ocurre en la actualidad.

¿Cómo se podría financiar esta idea?

Málaga es la única ciudad en Europa que tiene una catedral inacabada y los malagueños deberían tener el propósito de ver su monumento más emblemático al completo, porque si algunas autoridades permanecen impasibles, ellos tienen el deber de actuar. Por ello, se podría proponer hacer uso de la ley de mecenazgo 49/2002, donde los ciudadanos puedan hacer una donación para finalizar la obra y en la declaración de la renta se podría deducir el 75% de lo que hayan aportado. Hay que moverse, ser activos para que todo salga bien.

Málaga, en los últimos años, está potenciando su faceta cultural, sobre todo con la creación de nuevos museos. ¿Se da importancia el valor histórico y cultural de la Catedral?

Debería. Es la mayor joya del Renacimiento que hay en la ciudad y se encuentra casi en un estado de abandono, incluso peor que como se dejó en 1782, cuando se pararon las obras. Por este motivo, la Asociación Ciudadana Málaga por su Catedral nos estamos encargando de difundir el proyecto original a diferentes distritos, colegios, institutos, al igual que hacernos eco en los medios de comunicación, para así poder cambiar la opinión pública y que los ciudadanos empiecen a preocuparse por la imagen del monumento que más turistas atrae.

¿Cuántos intentos hemos tenido a lo largo de la historia para solucionarlo?

Solamente ha habido dos intentos en 234 años. La muerte de Antonio Ramos Medina en 1782 supuso el parón de la obra, desviándose el dinero para la creación de los caminos de Vélez y Antequera, que se quiso retomar en 1862 por el obispo Juan Nepomuceno cuando intentó convencer a la reina Isabel II, en una visita exprés a la ciudad, de que finalizase la obra de la Catedral, pero no tuvo éxito. 18 años después, en 1880 el entonces alcalde de Málaga, José Alarcón Luján, creó una bolsa benefactora con los apellidos más ilustres y las mayores fortunas de la capital, pero también quedó en el intento. El mencionado proyecto de principios de 2000 fue más bien para acabar con las goteras que había en la Catedral, es decir, gastos de obras y mantenimientos, sin el propósito de finalizar su construcción.

¿Será una realidad ver la Catedral finalizada cumpliendo «el viejo sueño malagueño»?

Por supuesto, yo creo que será un sueño cumplido dentro de diez años, cuando se cumpla el 500º aniversario de su construcción, en 2026, desde que arrancó de cimientos. La Asociación Ciudadana Málaga por su Catedral está dispuesta a invitar al papa Francisco para que acuda a tal evento, que será el punto de concentración del todo el turismo del sur de Europa, y supondrá un gran impacto económico a la ciudad, generando muchos puestos de trabajo.