Si complicado es recrear una época tan importante como el Siglo de Oro español, el profesor Francisco Morales Lomas lo hace además con un lenguaje asombroso, muy aproximado al de entonces, aunque legible para el lector actual y por partida triple, porque Puerta Carmona es la última novela de su trilogía Imperio del Sol. Una obra en la que, recalca, ha procurado que suene más a Literatura que a Historia, aunque tiene un guía común: Miguel de Cervantes.

En Puerta Carmona, por ejemplo, encontramos al genio de Alcalá en la cárcel de Sevilla; en Bajo el signo de los dioses, la primera novela, en la España de Felipe III y el duque de Lerma y Cautivo, la segunda de la trilogía, acompaña a Cervantes por su juventud italiana y el cautiverio en Argel.

El exconcejal de Cultura y parlamentario andaluz Antonio Garrido Moraga presentará Puerta Carmona esta tarde, a partir de las 19.30 horas, en el Centro Andaluz de las Letras (calle Álamos 24).

La idea de la trilogía, cuenta Francisco Morales Lomas, «me vino por una historia un poco truculenta: el día que con 12 años, en Granada, iba a comprar El Quijote, mi primera lectura importante, en el autobús un hombre intentó seducirme. Empecé a darle vueltas y al final pensé: voy a hacerle un homenaje a Cervantes», recalca.

El escritor señala que desde el principio quiso alejarse del estilo de Pérez Reverte con el capitán Alatriste, «porque no es mi forma de escribir y no iba a repetirme».

Experto en la obra de Cervantes y en la novela picaresca, el poso de estas enseñanzas y lecturas se palpa en Puerta Carmona, para la que fue recopilando en una libreta palabras y expresiones del Siglo de Oro, con vistas a que el resultado fuera «un lenguaje con ciertos toques de arcaísmo pero que el lector se pudiera enterar».

En las páginas de Puerta Carmona, publicada por la editorial Quadrivium, encontramos aventuras, intriga y picaresca en la Sevilla de los últimos años de Felipe II. Un gran fresco urbano en el que sobresale el personaje principal, Catalina Salgado, hija de una prostituta y un religioso que hará el papel de «espía doble». Con el protagonismo de Catalina, «un personaje muy novelesco», el escritor ha querido homenajear a la mujer en esos tiempos en los que estaba por completo a la sombra del hombre, «porque hubo mujeres que hicieron cosas importantes como la reina Isabel de Inglaterra, María Estuardo y eso había que reivindicarlo».

En cuanto a su prosa, cuenta, tiende a una literatura «muy visual», por eso subraya que «intentaba imaginarme la situación visualmente, esa Sevilla en la que Cervantes pasa mucho tiempo y que entonces era la ciudad más importante de Europa».

Los misterios de Cervantes

El profesor, que además es presidente de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios, cree que Miguel de Cervantes sigue siendo «un misterio» en muchos aspectos de su vida y obra que dejó cuajadas de «secretos», como el que pasara buena parte de su vida en Andalucía y sin embargo, El Quijote «se queda en Sierra Morena»,hay un par de pinceladas sobre Vélez y poco más; también menciona el que tuviera que prologarse él mismo las aventuras de Alonso Quijano y no lo hiciera ningún escritor de su tiempo o el que no conozcamos el famoso lugar de la Mancha.

Por otra parte, está convencido de que la novela picaresca, «el género más importante que hemos inventado», de llevarse al cine con buenos guiones y directores, «El Señor de los Anillos se quedaba a la altura del betún» y lo mismo señala de nuestras grandes novelas de caballerías.

En la actualidad, Francisco Morales Lomas está escribiendo una tetralogía sobre el siglo XX titulada Un siglo llamado invierno, de la que ha concluido la primera novela, Las edades del viento, protagonizada por un enamoradizo Antonio Machado. En la segunda obra explora la sorprendente relación entre dos polos opuestos como Hannah Arendt y Martin Heidegger.