Fulgencio Alcaraz, máximo responsable de la entidad Royal Collections, promotora del fallido museo de las gemas Art Natura, trató de «interferir» en el proceso de adjudicación y contratación de la empresa encargada de la obras de rehabilitación de Tabacalera para acondicionarla al uso museístico, según señaló este jueves durante su comparecencia en la comisión de investigación abierta el arquitecto municipal Francisco Eguilior, que tuvo participación en el proceso de construcción y rehabilitación de los edificios que iban a ser destinados al uso museístico, ya que fue redactor del proyecto básico y director de las obras de rehabilitación de Tabacalera.

Eguilior indicó que, aunque estaba fuera de su competencia, conoció las intenciones de Alcaraz por «intervenir» ante los integrantes de la mesa de adjudicación, por lo que fue conminado por un directivo de la Gerencia de Urbanismo a abandonar esa actuación contraria al proceder de una administración pública

Eguilior, al igual que hizo un mes antes el arquitecto que dirigió las obras, señaló que al Ayuntamiento no se le puede achacar el retraso final de la obra, porque «es un vicio oculto lo que surgió a raíz de la ejecución» de la misma.

Como el anterior compareciente, insistió en «la cantidad de modificaciones» que proponía Royal Collections, llegando a cifrarlas en unas 53. No sé si existía interés o no en abrir el museo por parte del concesionario porque lo que ha demostrado a lo largo del expediente es un ir poniendo palos en el camino para no poder avanzar».

No obstante, añadió que los retrasos «no se le pueden achacar exclusivamente» a la concesionaria, sino que ésta «vino a ayudar a que, junto con el problema que surgió en la obra, se incrementaran los plazos». Además, señaló que las modificaciones que fueron aceptadas suponían un coste de unos 900.000 euros.

Sobre uno de los asuntos más polémicos, la instalación de unas rejas que Royal Collections pretendió instalar, el arquitecto municipal explicó que fueron denegadas porque «lo que querían era que, si saltaban las alarmas, poder confinar a la gente en zonas y dar salida como a ellos les pareciera. El informe de Bomberos fue muy claro al indicar que las rejas no están recogidas en la normativa por motivos de seguridad.

Además, añadió que «ahora hay un museo abierto con las mismas puertas», en referencia al Museo Ruso. «Eso de que nosotros estábamos boicoteando la apertura del museo es incierto porque está claro que se ha abierto otro y cambiando escasísimas cosas», argumentó.

Por ello, indicó que «es clarificador» el saber que para abrir el Museo Ruso tuvimos que cambiar el sistema de climatización, se planteó un montacargas y hubo que contemplar un almacén de recepción de obras, pero «se ha podido aprovechar gran parte de lo hecho» y «no estamos hablando de sobrecoste elevado en la adaptación».