El retraso en disponer de una normativa adecuada para conciliar la actividad hostelera y vecinal en el Centro Histórico está generando un creciente enfrentamiento entre algunos vecinos y empresarios. La reforma del Pepri Centro y de la ordenanza de ocupación de la vía pública siguen en vía muerta, inmersas en un debate sobre el modelo del Centro que no termina de clarificarse. Ante esta situación, un grupo de empresarios hosteleros reclaman que se consensúe una normativa ajustada a la actualidad y que acabe con el vacío legal que está provocando una avalancha de multas en determinados puntos.

Ahora la zona más conflictiva se encuentra en la plaza Mitjana y sus aledaños, donde se ha intensificado el control policial en los últimos meses, de tal modo que se han impuesto más de un centenar de multas a una quincena de empresarios.

Antonio González, abogado del despacho Planea que representa a los hosteleros del entorno de Mitjana, apunta que se están aplicando multas por beber en la calle «con una ordenanza que estaba pensada contra el botellón», explicando que van a recurrir todas las sanciones impuestas a los locales y apuntando que la presión policial se ha convertido en excesiva «por la presión de una asociación de vecinos de la zona». Sin embargo, advierte de que en la plaza de Mitjana «sólo hay un vecino, porque el resto son apartamentos vacacionales, y está encantado de que haya actividad en la plaza y no esté vacía».

Uno de los problemas que detecta Antonio González es la ambigüedad de la actual normativa, que mantiene ciertos vacíos legales que facilitan la imposición de multas. Francisco, uno de los empresarios de la plaza Mitjana, va más allá y asegura que han recibido multas porque «alguien ha salido del bar con una copa en la mano para sentarse en la terraza o se levanta un momento a saludar».

Francisco subraya que la presión policial se ha vuelto insoportable, obligándole a soportar una notable carga económica en sanciones «cuando es imposible controlar lo que va a hacer cada cliente», ya que toda infracción recae en el local. «A la plaza se puede llegar por cuatro calles y llega gente con la lata de cerveza de otro sitio, pero nos multan a nosotros», apunta Francisco, quien destaca que en dos años ha abonado 38.000 euros en sanciones, poniendo en riesgo la viabilidad de su negocio.

Antonio González, abogado del despacho Planea, adelanta que van a presentar una sugerencia para cambiar el proyecto del Pepri Centro, que contempla esta zona como «espacio de uso residencial y vamos a pedir que sea una zona de interés turístico en el que se regule el uso nocturno». Además, se va a poner en conocimiento del Defensor del Pueblo Andaluz la situación de estos empresarios para que estudie el caso y medie con la asociación de vecinos de la zona y el Ayuntamiento de Málaga para buscar una salida consensuada.

«A los empresarios nos interesa tener una normativa clara, con un horario que cumplir y que permita desarrollar su actividad dentro de unos límites», añade Francisco, empresario de plaza Mitjana, quien recuerda que la oferta de ocio del Centro «es de mucha calidad y respetuosa con la ordenanza, esto no es Magaluf o Salou».

Para mostrar la otra cada de la actividad hostelera, los empresarios del entorno de la plaza Mitjana se han unido para poner en marcha dos acciones solidarias. A lo largo de noviembre se va a destinar el 10% de la recaudación del sábado a dos asociaciones de forma alternativa: los Ángeles Malagueños de la Noche y al Asilo de los Ángeles. Además, en diciembre se va a poner en marcha la iniciativa «Un niño, un juguete» para ayudar a las familias más necesitadas durante la Navidad.

«Nosotros no queremos enfrentarnos a los vecinos, sino que nos dejen trabajar con nuestro horario y cumpliendo la normativa, pero la presión de los últimos meses no es normal», indica Francisco.

Entre sus quejas se encuentra además su extrañeza de que se metan las máquinas barredoras de Limasa en la plaza Mitjana sobre las dos de la mañana «detrayendo los servicios de otras zonas y cuando está previsto que pasen a las seis de la mañana».

Por su lado, el resto de empresarios del Centro agrupados en la asociación Mahos, ha mostrado su apoyo a estos hosteleros, mientras siguen insistiendo en que se consensúe una normativa para regular la actividad.