La peatonalización de los laterales Norte y sur de la Alameda Principal supondrá un gran cambio en la configuración de esta vía, ya que el tráfico quedará relegado a la parte central y con una notable rebaja de carriles, que pasarán de los once actuales a sólo cuatro.

El proyecto desarrollado por Urbanismo, y que se quiere entregar en marzo a la Junta de Andalucía para coordinar los trabajos con el metro, supone reducir el paso de vehículos por la Alameda a tres carriles en dirección Oeste, que se quedarían con un carril bus y dos para vehículo privado procedente del distrito Este.

Además se le incorporaría un cuatro carril, aunque en esta ocasión con destino a El Palo, que estaría reservado para autobuses y taxis. El resto de la circulación en dirección al distrito Este se desviaría por Muelle de Heredia y Paseo de los Curas, manteniendo una configuración parecida a la actual y que ha sido obligada por las obras del metro.

Los laterales se quedarían como una gran zona peatonal, con una acera de más de 10 metros de ancho, que se completarían con una nueva alineación de árboles pegados a la fachada para aumentar la zona de sombra. Esto también permitiría integrar el carril bici por esa zona y la estación de metro en el lateral norte, pegado a la calle Torregorda. Precisamente la construcción del metro permitirá que la Consejería de Fomento asuma la mitad de la obra, como es la peatonalización del lateral norte dentro de las actuaciones de reposición del acerado tras construir el túnel del metro.

Entre los puntos a favor de esta intervención, que dejaría la zona de uso peatonal en 26.334 metros cuadrados, se encuentra la disposición de una acera más amplia en los laterales, que beneficiará a los comercios de la Alameda, además de acercar las dos aceras de la Alameda: el Centro Historico y el Soho. Además, el cruce de la Alameda se reduciría a un único momento, no con tres como en la actualidad, y daría continuidad peatonal a la plaza de la Marina y la calle Larios,

No obstante, no se esconden los posibles riesgos de esta intervención, como percibir el carril central como una barrera o que la acera sea más vulnerable a la expansión de las terrazas.