«Pinto por la noche porque las horas son mías. Me pongo a trabajar después de cenar y hasta las 6 de la mañana», cuenta Maribel Alonso. La pintora, que trabaja en el estudio que tiene en su piso de La Malagueta, siempre lo hace además acompañada de música clásica. Otra de las peculiaridades de esta malagueña de Santander ­-se trasladó a Málaga con su familia cuando tenía 5 años- es que pinta «en horizontal, en una mesa de delineante», para poder dar vida a los minuciosos detalles de sus cuadros.

Sin embargo, para realizar los cinco grandes paneles que presiden la exposición inaugurada hace casi una semana en la Galería Benedito, confiesa que ha tenido que pintar «tumbada en el suelo, porque la mesa de delineante no me daba».

El resultado se titula Fantasía, y conforma una selva tropical llena de color y de flores de ensueño en la que, como elemento unificador, una tela recorre la obra. Pero la artista anima a los visitantes de la muestra a acercarse al cuadro porque son muchas las figuras diminutas que lo pueblan. Por eso avisa: sus obras contienen muchas sorpresas y es necesario verlas con detenimiento.

La obra es un nuevo cambio de registro en su carrera artística, que comenzó hace 35 años, porque no se había lanzado a formatos tan grandes; otra novedad es Mar, con la que Maribel Alonso se adentra en exuberantes profundidades marinas repletas de medusas y corales.

También hay un cuadro, Es una ilusión, que fusiona dos de las constantes de sus obras, los paisajes y los interiores, y es un homenaje al famoso pintor y escultor Eduardo Úrculo, fallecido en 2003 y primo de la artista. «Venía a casa y allí se tiraba meses. Yo lo miraba con una admiración tremenda», recuerda.

En realidad, aunque ya despuntaba de niña cuando le encargaban pintar el telón de fondo de las obras de teatro en el colegio de La Asunción, cuenta que el verdadero responsable de su conversión a pintora profesional fue su hijo Álvaro: «Llegó un día del colegio diciendo que tenía que hacer la Semana Santa de Málaga. Él no la había visto en serio, así que le hice un boceto, que salió divertido, y entonces mi marido, al verlo, me dijo que continuara por ahí, y continué».

Su primera exposición la celebró en la desaparecida Galería Malake y desde el nacimiento de la Galería Benedito, en 1985, es una de las pintoras fijas y expone cada dos años.

Aunque Maribel Alonso tiene un sello personal, reconocible por el público, confiesa: «No me quiero quedar en un estilo». Por eso su pintura siempre es libre y no hace bocetos previos. «El pincel se va, la cabeza se va y eso de que la mano vaya donde la cabeza es fenomenal porque no tengo que ir forzando nada ni me freno con nada», subraya.

Con este planteamiento artístico, los mundos sin fin de Maribel Alonso siguen creciendo cada noche en exotismo, color y belleza.

La exposición en Benedito (calle Niño de Guevara,2) puede visitarse hasta el 15 de diciembre de 11 a 13.30 horas y de 18 a 21 horas de lunes a viernes y los sábados de 11.30 a 13.30 horas.