Nacieron en el año 2003. Desde entonces no han parado de crecer hasta alcanzar un nivel de facturación que les sitúa ya entre las 100 primeras empresas españolas de su sector (en concreto, la 91, según el ranking de Computer World), manejando nuevas previsiones de subida tanto de ventas como de empleo para 2017. El Grupo Arelance, una consultora tecnológica malagueña especializada en el desarrollo de software y soluciones integrales para empresas, cerrará el 2016 con alrededor de 12,5 millones de euros de facturación y maneja ya una subida del 20% para el próximo ejercicio, lo que la colocaría en los 15 millones.

La firma, con sede en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), cuenta con 350 empleados y confía en elevar ese volumen por encima de las 400 personas a lo largo de 2017. El 40% de la plantilla de Arelance (unas 150 personas) trabaja en Málaga y el resto está repartido entre diferentes zonas de España, entre ellas Madrid, Sevilla, Bilbao o La Coruña.

El principal área de negocio de Arelance es el outsourcing que, básicamente, consiste en el apoyo a otras compañías para el desarrollo de proyectos tecnológicos. La compañía trabaja así como subcontratista para alrededor de 40 grandes empresas, entre las que figuran Indra, Accenture, Atos, El Corte Inglés, Oracle o Everis. Los trabajadores de Arelance realizan para ellos de forma externa todo tipo de aplicaciones o sistemas de gestión.

«Casi todas las grandes compañías recurren a la subcontratación para realizar parte de su trabajo. Es una oportunidad de negocio que percibimos en su momento y que nos ha permitido este crecimiento. Nos movemos básicamente en el ámbito del software y estamos siempre acometiendo nuevos proyectos para estas empresas o manteniendo los que hay, porque en este ámbito todo el mundo tiene que estar constantemente adaptándose», comenta el director de Arelance, Pablo Díaz, fundador de la empresa junto a su socio Miguel Manzanares. La actividad de Arelance, que nació en la incubadora de empresas BIC Euronova y actualmente ocupa oficinas en el edificio Premier del PTA, se desarrolla casi al completo a nivel nacional, aunque ya se han dado unos primeros pasos con vistas a la internacionalización: en 2015 se abrió una sede en Perú y ya también hay presencia en Portugal.

«De momento, tenemos muchísimo trabajo en España y vamos paso a paso en el tema de la internacionalización. La sede de Perú está dando sus primeros pasos. En un futuro nos gustaría también poder dar el salto a Chile, Colombia o México, pero por ahora no lo contemplamos», afirma.

El outsourcing tecnológico supone el 70% de la actividad de la firma, complementada por otros dos segmentos de actividad: el desarrollo de tecnología propia y la formación de trabajadores para el sector. En el primer caso, Arelance desarrolla herramientas a medida para la pequeña y la mediana empresa, además de algún proyecto de I+D+i en colaboración con otras instituciones y compañías.

Así, por ejemplo, la consultora malagueña acaba de desarrollar junto a la empresa Urban Clouds un robot que funciona como «carrito inteligente» para los barrenderos, siendo capaces de seguir al operario, salvar obstáculos y tener cuidado de no chocar con ningún viandante. El prototipo ha sido desarrollado para Ferrovial.

Otra de las invenciones en las que ha participado Arelance es una bicicleta que servirá como terapia y mejora de la calidad de vida de personas con problemas cardiacos y de obesidad, a través de la monitorización de la actividad mediante sensores y el asesoramiento de un sistema clínico experto. Este proyecto, bautizado como Brisa (Bicicleta Terapéutica Instrumentada con Sensorización Avanzada) ha sido desarrollado junto al centro de innovación Tecnalia, situado en el País Vasco, y otras empresas y entidades.

En cuanto a la formación, Arelance dispone de lo que gusta en denominar su «escuela de talento», una modalidad de servicio con el que pretenden cubrir segmentos muy demandados por el mercado y para los que no hay demasiados trabajadores con la formación específica adecuada.

«Cuando un cliente tiene una necesidad de formar un equipo concreto en una tecnología específica desde Arelance nos hacemos cargo de todo el ciclo del proyecto, desde la selección de los candidatos, su formación, y la posterior incorporación a proyecto bajo nuestra supervisión.

Estas formaciones suelen tener una duración aproximada de un mes, son gratuitas para los alumnos y, según Díaz, garantizan prácticamente la incorporación en proyecto del 100% de los que superan satisfactoriamente las pruebas de nivel, casi todos como plantilla de la propia Arelance.

«Normalmente formamos grupos de entre 10 a 15 personas, para que las formaciones sean completamente personalizadas y de calidad, explica. En los últimos meses, Arelance ha desarrollado varias escuelas de talento, por ejemplo Cobol y Abap en Sevilla, Cobol en Bilbao y Java en Málaga. «Es un servicio que los clientes reciben de buen grado. Y los profesionales también encuentran una vía para iniciar su carrera en el mundo de la tecnología», dice.