­El periodista turco Dogan Tiliç recogió ayer en el Rectorado el VII Premio Internacional de Libertad de Prensa de la Universidad de Málaga (UMA). Una entrega de premios que contó con la presencia de José Ángel Narváez, rector de la Universidad de Málaga; Inmaculada Postigo, decana de la facultad Ciencias de la Comunicación; el catedrático Bernardo Díaz Nosty; la representante de la Cátedra Unesco, Ruth de Frutos y la decana de Ciencias de la Información de la Complutense y presidenta de ATIC, Asociación de Universidades con Titulaciones de Información y Comunicación de España, Carmen Pérez de Armiñán.

El evento comenzó con la intervención de Inmaculada Postigo, quien destacó que estos premios se instituyeron en 2010 para reconocer la labor realizada a aquellos que contribuyen y defienden la libertad de prensa, «el factor crucial para que exista una democracia, que ahora se nos olvida que está amenazada con la censura y los crímenes que se cometen por defender esta libertad», dijo.

Después intervino Díaz Nosty, quien recalcó que «los grandes premios los otorgan las grandes universidades». Además, se dirigió a los estudiantes de Periodismo que había presentes, como también a los profesores de la facultad de Ciencias de la Comunicación: «Ahora en las clases interesan los modelos de negocio, pero también deben enseñar cómo debe ser un buen periodista».

Asimismo, destacó que el informe anual de la clasificación mundial de la libertad de prensa de Reporteros sin Fronteras debe cambiar sus indicadores y diferenciar entre un país democrático de una dictadura. «Hay que analizar el nivel de transparencia en sus contenidos. Ahora no hay una libertad periodística, los profesionales están más bien sujetos a la economía», destacó.

Por este motivo, el premio a Dogan Tiliç es muy merecido. «En Turquía hay 200 periodistas detenidos y 10 del diario turco donde trabaja Tiliç, Cumhuriyet», recordó Díaz Nosty.

Tiliç se dirigió a sus compañeros periodistas que trabajan por la verdad, con la conciencia de defender las libertades y la paz. «Hace falta un apoyo mutuo para defender la prensa libre, con el valor añadido de la responsabilidad en mis hombros de la difícil situación que estamos viviendo en Turquía».

«Sólo las personas valientes y con coraje pueden hacer preguntas, y el periodismo es una profesión que conlleva el arte de hacer preguntas», afirmó, para lamentar después que su país se haya «distanciado de la capacidad de hacer preguntas».

Incluso, exigió a los periodistas que «no bajen la cabeza». Para concluir, el exmagistrado Baltazar Garzón señaló que la cultura de la paz es «una obligación» y agradeció al reportero que se levantase para dar voz a los silenciados.