La prisión provincial de Alhaurín de la Torre cumple estos días 25 años de vida, un cuarto de siglo en la que el presidio malagueño se ha convertido en la diana del interés de los medios de comunicación españoles por la fama de muchos de sus presos, inmersos en enormes tramas de corrupción y protagonistas habituales de los programas del corazón o deportivos, así como por la peligrosidad y crímenes sanguinarios que algunos de ellos cometieron, como ocurre en el caso del asesino en serie inglés Tony Alexander King.

Chema López es el responsable de Salud Laboral de Prisiones de CCOO y un histórico de la cárcel de Alhaurín, donde pasó 16 años, desde 1993 hasta 2009. «Con lo que me quedo de estos 25 años es con el compañerismo de la gente, he encontrado personas muy comprometidas en el sentido social hacia los presos, es el gran valor de Alhaurín, el equipo de gente», explica, y recuerda que hay casi 400 funcionarios en el penal.

¿Cuál fue el peor momento? Para López está claro, la avalancha de presos que propició la operación Nilo contra la estafa de la lotería con el método de cartas nigerianas. Hubo 315 detenidos, la mayor parte procedentes de Nigeria y Senegal, y el 21 de julio de 2005 llegaron 240 de golpe. «Aquello se gestionó con muchísimo voluntarismo, dejamos de ser funcionarios para volcarnos en la parte humana, además algunos de ellos tenían graves problemas de salud», señala. Aquel golpe policial «fue el punto de inflexión en cuanto al tope de recursos, había cerca de dos mil, nada comparado con ahora, ya que el número oscila entre el millar y los mil doscientos.

Otro mal momento se vivió cuando un interno que tenía diabetes murió en la Sección Abierta de Alhaurín, en la antigua prisión provincial de Cruz de Humilladero. «Llegó con drogas, no quiso ir al hospital y lo hallaron muerto», dijo.

Otro punto álgido de la historia de la prisión lo componen los meses que van de marzo a noviembre de 2006, la época más dura de la operación Malaya contra la corrupción urbanística en Marbella, cuando llegaron detenidos como el exasesor de Urbanismo, Juan Antonio Roca, la exalcaldesa, Marisol Yagüe, su teniente de alcalde, Isabel García Marcos, el exfutbolista y exconcejal Tomás Reñones o el exalcalde, Julián Muñoz. La presión mediática fue brutal e incluso tres presos del penal introdujeron una cámara de vídeo en un paquete de tabaco y se dedicaron a grabar a Roca y a un falso Julián Muñoz jugando al dominó o paseando por el patio de la prisión. Luego, vendieron esas imágenes por 60.000 euros a las televisiones. Ello motivó el traslado del exalcalde a Jaén.

Fue también en octubre de 2006 cuando la dirección de la cárcel le quitó a Roca unas agendas en las que había anotado detalles personales de funcionarios y presos y datos de funcionamiento del penal. «Cuando los personajes son mediáticos hay mucha distorsión y problemas, hemos tenido cinco o seis alcaldes y, cada vez que hay un preso de estos tenemos que extremar la seguridad, hay mucha atención desde Madrid», precisa López.

Dos de las más mediáticas fueron García Marcos y Yagüe, las Chaneles. «Cogí a Montserrat Corulla -testaferro de Roca- y a Marisol del brazo y salimos a la zona común. Había muchas presas mirando con curiosidad, éramos como artistas, salíamos en televisión. Algunas nos abrazaron», dijo García Marcos al salir de la cárcel, en septiembre de 2006, una mujer que definió al penal como «un paraíso» tras la mala experiencia que tuvo en los calabozos de la policía.

Antes de todo eso, recuerda López, entró Jesús Gil en prisión, en los primeros días de 1999 por el caso Atlético, junto a su abogado de confianza, José Luis Sierra, y Pedro Román, la sonrisa del régimen. Fue la época previa a que Gil concurriera con su partido a trece municipios de la Costa del Sol y el Campo de Gibraltar, Ceuta y Melilla. Había desafiado al Estado. Su mala salud le permitió salir al poco tiempo. «Hubo muchos problemas porque desde Instituciones Penitenciarias se le tenía muy marcado, se hicieron indicaciones para que el colchón estuviera en condiciones y la celda limpia. Y también hubo problemas porque intentó obsequiar a algunos funcionarios con relojes, pero aquello se paró».

Cada uno asimila la cárcel como puede: Roca daba clases a presos y los asesoraba y Yagüe se hundió en una depresión. Antes, en 2005, habían ingresado por la operación Ballena Blanca numerosos detenidos, entre ellos el exalcalde de Manilva, Pedro Tirado.

Otro momento difícil fue cuando llego Toni King, asesino en serie confeso de las jóvenes Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes. «Tuvo mucha repercusión mediática», dice. El británico entró en Alhaurín de la Torre en la noche del domingo 21 de septiembre de 2003. «Ha pasado una noche perfecta y en ningún momento ha llamado a los funcionarios, es como si llevase aquí toda la vida», decía una fuente de la época. Fue a un módulo de aislamiento para evitar que otros presos lo asesinaran, porque cuando el furgón de la Guardia Civil llegó al presidido muchos presos se asomaron a las ventanas de sus celdas para amenazarlo.

También recuerda ese difícil momento Antonio González, responsable, secretario general de UGT Prisiones y funcionario en este presidio desde 1998. «Ingresó por la noche, hubo orden de que ningún interno saliera de su módulo. Entró corriendo y lo llevaron a aislamiento», precisa. Este funcionario asegura que él y sus compañeros han cumplido con el mandato constitucional de favorecer la reinserción social y que, gracias a la lucha sindical, se han conseguido muchas cosas. Una de ellas, añade su compañero de CCOO, fue lograr que se acabara la sobrepoblación.

González afirma que, cuando entra un interno, los funcionarios hacen casi de padres, indicándoles cuántas llamadas pueden hacer, cómo solicitar los bis a bis o el horario carcelario. Pero por Alhaurín han pasado otros presos ilustres como el abogado Emilio Rodríguez Menéndez, a quien era habitual verlo hablar de conocidos periodistas de televisión y Maite Zaldívar. También, cómo no, hay una nómina de mafiosos que asesinaron a rivales en sus clanes, hombres que acabaron con sus mujeres y, los más difíciles, los delincuentes sexuales que violaron a mujeres o niños, los peor vistos, siempre en continuo peligro. Suicidios, peleas, algún intento de motín que se quedó en nada o fugas intentadas son también sucesos de una cárcel en la que la mayor parte de sus reclusos se encuentran por temas de droga y que tiene un marcado carácter social. Una segunda prisión en Archidona la auxiliará a partir de 2017.

Los presos ilustres de Alhaurín de la Torre

1. Jesús Gil

Jesús Gil, exalcalde de Marbella, ingresó en la cárcel en los primeros días de 1999 por el caso Atlético. Fue el primer gran preso mediático y sus correligionarios organizaron manifestaciones para pedir su excarcelación. Su llegada dio mucho trabajo a los funcionarios.

2. Juan Antonio Roca

Juan Antonio Roca llegó a Alhaurín de la Torre en abril de 2006 por su implicación en la operación Malaya. Lleva más de una década entre rejas, y ha pasado su tiempo dando clases a otros presos o preparándose sus numerosos procedimientos penales. Su comportamiento ha sido bueno.

3. Julián Muñoz

Julián Muñoz, exalcalde de Marbella, fue arrestado en julio de 2006 por el caso Malaya. Ha tenido muchos problemas de salud y ha sido trasladado de prisión en varias ocasiones. Incluso, fue objeto de grabaciones en el interior del presidio.

4. Marisol Yagüe

Marisol Yagüe también estuvo en prisión por el caso Malaya. Entró en abril de 2006. La exalcaldesa de Marbella lo pasó muy mal en prisión, donde hoy ha vuelto, y sufrió una severa depresión. Con el paso del tiempo, se repuso de sus males.

5. García Marcos

Isabel García Marcos, ex primera teniente de alcalde marbellí, definió Alhaurín como «el paraíso» por el buen trato de los funcionarios y lo mal que lo pasó en los calabozos policiales. No lo llevó nada mal. Animó mucho a Yagüe y Corulla y se amiga de varias gitanas.

6. Montserrat Corulla

Corulla, testaferro de Roca, pasó entre rejas algunos meses. Lo pasó muy mal. A esta abogada se la relacionó con Alberto Ruiz Gallardón, en 2006 alcalde de Madrid. Hoy cumple condena por el caso Malaya en Madrid.

7. Tony King

Tony Alexander King ingresó en septiembre de 2003 entre rejas tras confesar los asesinatos de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes. Fue aislado tras recibir las amenazas de otros presos tras ingresar en el presidio.