Con el agua prácticamente al cuello. Así llegaron a verse este domingo Noelia Collado y Matías Varela antes de ser rescatados de su casa por la Guardia Civil tras las torrenciales lluvias que azotaron Málaga. La joven pareja, que vive en una casa situada en el diseminado del Cortijo de Santa Águeda, en Campanillas, ha vuelto este lunes a su parcela para iniciar las labores de limpieza tras pasar la noche en casa de familiares, todavía impresionados por la tremenda experiencia. A Matías lo rescataron en helicóptero al llevar a uno de sus perros a la aeronave y a Noelia un par de horas después en zodiac.

"A las diez de la mañana el agua ya estaba subiendo de forma muy fuerte. Al rato el agua me llegaba hasta el cuello y a Matías al pecho. Fueron momentos de agobio y de un poco de pánico porque no sabíamos si el nivel seguiría subiendo o no. Pero a partir de las 12 ya empezó a bajar y poco después vinieron a rescatarnos. Los dos coches que tenemos quedaron completamente inundados", comenta Noelia. En la casa, que está en alto, el agua cubrió un nivel de 30 centímetros, por lo que allí sí pudieron estar más resguardados.

La pareja tiene cuatro perros, dos yeguas y dos cabras y confiesan que estaban también muy preocupados por la suerte de los animales. Cuando llego el helicóptero de la Guardia Civil, Matías cruzó a uno de sus perros al helicóptero pero antes de que pudiera regresar a por Noelia y a por el resto fue obligado a subir por los agentes, ya que tenían que ir rápidamente a cubrir otra emergencia. Al rato, Noelia y los otros tres perros fueron definitivamente rescatados en una zodiac. Las yeguas y las cabras se quedaron en la parcela, pero también instalados en una cuadra y en una zona alta, por lo que no han sufrido daño.

"Fue algo impactante, pero la verdad es que nuestra prioridad también era sacar a nuestros perros. Sin ellos no nos íbamos. Eso le decía a los guardias en el helicóptero pero ellos me decían que tranquilo", apunta Matías.

Las jornadas que están por venir van a resultar muy laboriosas para la pareja, a la que le esperan varios días de trabajo de limpieza antes de poder volver a su casa. La parcela ya no tiene agua pero está completamente embarrada y con muchos destrozos ocasionados por la fuerza del agua. "Los coches están inservibles, llenos de ramas y palos, y los muebles de la casa están mojados", explican Noelia y Matías, que ayer se afanaban junto a algunos familiares y amigos en tratar de ir devolviendo la parcela a la normalidad. "Por ahora estamos con mis padres en Cártama pero esperamos volver a nuestra casa en unos días", afirma Matías.