­La tienda de Elena Marcos Ferrando, en Teatinos, era poco después del mediodía una especie de improvisado almacén. Latas de comida, mantas, bolsas, algún que otro juguete. Por un momento, como señalaba a este periódico, no se podía ni intuir el suelo de madera del local. Un establecimiento llamado Copitinos, acostumbrado a un trasiego mucho más ligero y, sobre todo, espaciado. Bastaba echar un vistazo para advertir el movimiento de campaña, de rigurosa excepción.

El aspecto que presentaba ayer la tienda, uno de los puntos habilitados para canalizar la ayuda a las protectoras, es el reverso positivo de las imágenes que el pasado fin de semana se difundieron por todo el país: voluntarios sacando en brazos a animales asustados, algunos, incluso, heridos, en mitad de un lodazal. La solidaridad, en este caso, no ha tardado, con una respuesta masiva, como demuestran los miles de kilos de comida que fueron depositados en el local.

Las donaciones recibidas en puntos como Copitinos han sido remitidas ya a las asociaciones más atacadas por el temporal. En torno a las seis de la tarde, tres furgonetas -cada una encargada de un destino distinto- hicieron la ronda por la capital. La campaña, coordinada por Patitas Andalucía, tiene sus principales puntos de referencia en las asociaciones PAD y Aristocat, situadas ambas en Mijas, y en el colectivo Galgos en Familia, con sede en Alhaurín de la Torre, el de los perros rescatados y las famosas fotografías del aguacero.

La recogida de material, indica Elena Marcos Ferrando, seguirá activa en muchos puntos mientras continúe la situación de crisis, que es notoria en algunas de los centros de protección, que han tenido, incluso, que recurrir a la adopción temporal. «Estaremos toda la semana y si hace falta también la próxima», precisa.