El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha participado este sábado en Ciudad del Vaticano en una cumbre de regidores europeos, organizada por la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, en la que ha incidido en la necesidad de lograr "un clima verdaderamente hospitalario" con los refugiados, a los que ha calificado como "nuestros hermanos".

Además, ha considerado que las familias de las ciudades europeas no deben sentir "este problema como ajeno, alejado de la capacidad que pueda cada uno de dar ese acogimiento y pensando que sólo corresponde a las administraciones públicas y a instituciones como Caritas o CEAR, Accem o Cruz Roja dar respuesta al mismo".

De la Torre, en su intervención, ha instado a los alcaldes a liderar la opinión pública de sus respectivas ciudades a favor del acogimiento de estas personas "que han tenido que abandonar sus ciudades, sus casas, sus pertenencias, sus amigos y muchas veces parte de su familia por razones de guerra o de persecución política. En definitiva, para salvar su vida".

"Hemos de lograr un clima verdaderamente hospitalario que tienda las manos al que ha tenido que abandonarlo todo para salvar su vida y la de sus familiares o por defender su derecho a discrepar, a opinar libremente", ha sostenido el alcalde de la capital malagueña.

A su juicio, "ningún ser humano puede permanecer ajeno ante el drama que viven millones de familias en el mundo". En este sentido, ha reivindicado que el mundo sea un espacio de encuentro de todos, "de solidaridad, donde los derechos humanos estén garantizados y donde la paz sea una realidad visible y clara cada día".

"Impulsemos una cultura de paz, de no violencia, de condena tajante de los violentos, de creación de un clima siempre propicio al dialogo y de búsqueda de soluciones pacíficas", ha reclamado, al tiempo que ha llamado a que los países económicamente "más capaces cooperen con efectividad al desarrollo de aquellos a los que les queda un largo camino por recorrer".

Para De la Torre, es "malo" pensar que la única obligación es "acogerles y darles el amparo que como personas merecen". "Nuestra primera y fundamental obligación es conseguir que no tengan necesidad de abandonar su tierra amada y dejar su vida por lograr una supervivencia", ha recalcado, incidiendo en que la cooperación ha de procurarse "no solo de las organizaciones internacionales, no solo de Estado a Estado, sino también de ciudad a ciudad y de sociedad civil a sociedad civil".

"Reaccionar con prontitud"

El alcalde de Málaga ha recalcado que hay que actuar "con prontitud y con continuidad en las soluciones ofrecidas". También ha considerado que el 0,7 por ciento que los Estados y las administraciones públicas deben dedicar a la cooperación para el desarrollo "debe ser complementado, también, con el 0,7 por ciento de la renta neta que a cada ciudadano le queda una vez pagados sus impuestos".

"Esa ayuda a la cooperación la podrá canalizar a través de ONG ejemplares, eficaces, transparentes que trabajan en el terreno o en la geografía del hambre, el analfabetismo y la violencia", ha opinado Francisco de la Torre, quien ha fijado como una de las tareas que quedan por delante el acoger "al número máximo posible de refugiados y sembrar ideas que propicien la cooperación y la solidaridad entre todos para que la emigración tenga lugar porque la familia decide libremente cambiar de país pero no que tengan que hacerlo por necesidad".

Ha agradecido el regidor malagueño la invitación a participar en esta cumbre de alcaldes de toda Europa y del sur del Mediterráneo y la reflexión conjunta que se está realizando "cerca del papa Francisco, que tanto ha dicho y hecho a favor de los refugiados y de los pobres en el mundo, a favor de la paz y del respeto al medio ambiente".

Desde las ciudades, ha continuado, se pueden enviar mensajes a las instituciones internacionales, "entre ellas las europeas, que se ocupan de coordinar y dar eficacia a los servicios de justicia y de policía para terminar con las mafias que de forma inhumana trafican con las necesidades de refugiados y emigrantes, les explotan económicamente y ponen en riesgo sus vidas".

También, según el alcalde de Málaga, "desde las ciudades podemos enviar mensajes a los jefes de Estado y de Gobierno para que luchen por la justicia, y podemos y debemos desde las ciudades animar a nuestros vecinos a ser acogedores, hospitalarios, a entender que las ciudades se enriquecen con la llegada de refugiados y, sobre todo, que es un acto de solidaridad que prestigia y ennoblece a quien lo presta".

Málaga, ciudad refugio

En su intervención ha aludido a las medidas de acogimiento llevadas a cabo en Málaga, después de constituirse en 2015 como ciudad refugio. Actualmente hay censados casi 400 refugiados en la ciudad y se trabaja con entidades que atienden a esta población a través de una mesa de emergencia.

También existe una cuenta para recaudar fondos que se abrió con una aportación del Ayuntamiento de la capital de 30.000 euros, y que canaliza las donaciones voluntarias. El dinero se ha destinado a CEAR, Accem y Cruz Roja que están realizando formación e inserción laboral con 175 familias refugiadas.

Málaga prioriza en la convocatoria de subvenciones de cooperación, ha explicado De la Torre, los proyectos de ayuda humanitaria de ONG que trabajan en Siria y alrededores como Turquía o Líbano. Existe un convenio de colaboración con Cáritas, al que se destinaron 100.000 euros, para rehabilitar y equipar centros y viviendas de la entidad que se han convertido en 400 alojamientos para familias refugiadas.

Más de 250 personas han contactado con el Consistorio para ofrecer sus recursos, desde viviendas hasta clases de español; se ha captado voluntarios para apoyar a familias sirias acogidas y se ha creado una oficina de atención para atender, informar y asesorar a aquellos que llegan a Málaga. Para ello se ha cedido unas instalaciones de 500 metros cuadrados que abrirán a principios de 2017.