Era un estudiante que, en la mayoría de los casos, se adentraba en el mundo laboral con un buen bagaje de conocimientos, pero que, en general, no disponía de otras competencias y habilidades, tan necesarias o más para su éxito profesional.

Todos los presentes en el foro aseguraron que los modelos de enseñanza universitaria del pasado ya no sirven, están obsoletos, y que los nuevos modos académicos aún se están gestando a pasos acelerados para alcanzar tanto la excelencia de la institución, en sus docentes como entre sus alumnos.

En la Europa actual, las reformas universitarias surgen a raíz del proceso de construcción del Espacio Europeo de Educación Superior y de la Estrategia de Lisboa. Y todos tiene claro que es cambios no deben limitarse a la renovación de la oferta académica. Cuestiones tan diversas como la internacionalización, la cooperación con la industria o la atención a las expectativas ciudadanas también esperan su turno.

Entre las cuestiones que condicionan el reposicionamiento de la universidad, además del ajuste entre la demanda y la oferta de estudios, se hallan asuntos tan importantes como el modo en que se educa a los jóvenes, las capacidades que adquieren, la motivación y formación del profesorado y las metodologías educativas que emplean, y la adaptación de las estructuras organizativas y de gestión a los «nuevos tiempos».

El director de La Opinión de Málaga, Juande Mellado, recordó en la apertura del foro que la «universidad debe estar comprometida también con la formación de la sociedad en su conjunto, con la elevación de sus niveles medios de formación y su productividad, de la que depende su progreso económico y bienestar social. Si la población española pierde posiciones en esta cuestión, como reflejan estudios recientes, hay que preguntarse sobre cómo las instituciones universitarias pueden ayudar a que la situación se modifique. Que Suiza ocupe el primer lugar en cuanto a eficiencia laboral no es ajeno a sus políticas de inversión e innovación en la educación superior». Mellado explicó que, a su parecer, las claves para alcanzar esa excelencia pasan por la docencia y la investigación. «Un buen equilibrio de este binomio ha sido históricamente clave para conseguir una universidad de calidad. Sin investigación universitaria, la docencia pierde actualidad, se anquilosa y la formación de los estudiantes se deteriora notablemente. Por otra parte, sin una buena calidad docente, los egresados universitarios difícilmente podrán emprender una carrera científica», dijo.

El moderador de este foro fue el vicerrector de Innovación Social, Rafael Ventura, que antes de dar paso a los ponentes recordó la apuesta del equipo del rector de la Universidad de Málaga, José Ángel Narváez, por potenciar el acercamiento entre los egresados y el mundo empresarial. «La Universidad de Málaga ofrece cada año a más 18.000 alumnos la posibilidad de realizar algún tipo de prácticas en empresas de Málaga para que el posterior aterrizaje en el mercado laboral sea lo menos brusco posible.

Santiago Lucas

«Hay que aprovechar la universidad para crear tu propio currículum»

«Necesitamos jóvenes con inquietudes para afrontar un futuro cambiante y lleno de incertidumbres dentro de un mundo globalizado». Esa fue una de las ideas que lanzó el empresario Santiago Lucas, actual consejero delegado de Top Digital, una empresa malagueña con más de 500 empleados que comenzó en Melilla en el sector del transporte en 1909 y hoy día cuenta con más de diez empresas que abordan desde las telecomunicaciones, el marketing o la consultoría hasta las energías renovables o el emprendimiento. «La diversificación del negocio en sectores ha sido la clave de nuestro éxito», sentenció.

Ahondó en su experiencia, de la cual destacó que durante sus años de universidad se decantó por estudiar las asignaturas que el pensó esenciales y de las cuales podría sacar partido en el negocio familiar que hoy día dirige y ya prepara para que tome el relevo la cuarta generación.

Tuvo la determinación de labrar su proyecto y lanzó a los asistentes la clave de que el primero al que ellos se enfrentan es crear su currículum. Decantarse por algo que les haga vibrar, estar en continuo aprendizaje, confiar en uno mismo y romper los miedos son algunas de las claves que propuso «Actúa sobre tu desarrollo personal y si hay problemas, busca soluciones», expuso. Calificó al empresario como un «depredador», una condición que mantiene que hay que cultivar todos los días. En cuanto al papel que está frente al «depredador»; aquel que ofrezca algo diferente será un buen candidato para que quiera tenerlo en su equipo. «Para mí la clave del éxito actual está en poner proyectos en marcha con base universitaria», sentenció. «En mi empresa yo aprendo de todos ellos cada día», declaró.

«¿Cómo y qué queremos ser? ¿Cuál es nuestro plan de acción profesional, lúdico y rentable. Simplificar, priorizar y ejecutar», proyectó en la gran pantalla. Trabajar en equipo y tener empatía, otras de las cualidades necesarias para alcanzar el éxito. Sin embargo, no se olvidó de la importancia de equivocarse: «Detrás de cualquier éxito hay un fracaso», sentenció.

La innovación y digitalización son algunas de las características que buscan las empresas en la actualidad en sus empleados y expuso cómo ha evolucionado la economía a lo largo de la historia. Si en el año 2000 las redes sociales, la biotecnología y los softwares de información revolucionaban el panorama actual, de cara al 2050 todo apunta a que los sectores como la sostenibilidad medioambiental, el diseño biométrico, la nanotecnología, la computación cognitiva, la neurociencia y prevención en salud o las energías renovables, entre otros sectores son los que dominarán la economía mundial. En cuanto a la situación de España expuso que la exportación ha sido uno de los sectores principales para salir de la crisis económica.

Victorino Lluch

«Una buena actitud puede ayudar a alcanzar el éxito profesional»

Lluch ha trabajado durante 24 años en La Caixa y su último cargo antes de jubilarse fue exdirector territorial de la entidad en Andalucía. Sin embargo su carrera profesional no se ha centrado en ese sector y también ha pertenecido al ámbito de los seguros y las asesorías. Un recorrido que le permitió afirmar que la actitud es el 90 por ciento del éxito en el mundo profesional. La pasión, profesión, vocación y misión son cuatro conceptos que se entrelazan

Expuso el caso del conocido Steve Jobs y las dificultades que acompañaron a su vida. Hijo de padres adoptivos de clase media le prometieron a los padres biológicos que estudiaría una carrera, algo que comenzó con los ahorros de una vida y que dejó para centrarse solo en aquellas cosas que le gustaban. La tipografía fue una de ellas, algo característico de la marca Apple, imperio que fundaría en un futuro y revolucionaría el mundo. «Yo lo llamo las casualidades causales», expuso.

Romper los límites, salir de la zona de confort y vencer al miedo fueron algunas de las decisiones que tomó para apostar por su futuro, algo que recomendó a todos los presentes.

En cuanto a su experiencia en el mundo empresarial, su intervención se centró en los resultados, un apartado dividido en los clientes y el equipo humano, del cual dijo que «para que haya motivación debe haber comunicación». En cuanto al cliente aseguró que si se genera una relación de confianza se convertirá en el principal comercial de la empresa.

Culminó su intervención con una frase del deportista Rafael Nadal: «Tenemos el derecho a caer y la obligación de levantar».

Emilio Alba

«La formación durante toda tu vida profesional puede ser una de las claves que conduzcan al éxito»

«La medicina ha cambiado en 30 años más que en el resto de la historia». Así comenzó su intervención el oncólogo y profesor de la Universidad de Málaga Emillo Alba, un profesional que resaltó que el descubrimiento del genoma humano hace 15 años generó una aceleración en el campo de la medicina que poco tiene que ver con sus inicios.

Tras culminar sus estudios en el año 1988 vino a Málaga. Entonces -aseguró- se consideraba capaz de tratar gran parte de los tumores que existían. «Hoy día no me siento capacitado para tratar algunos tumores», explicó. La evolución del campo en el que trabaja le ha hecho ver que el conocimiento y la interacción con otros profesionales e instituciones son imprescindibles. «Si intentara curar a un paciente con lo que sabía en mis inicios me meterían en la cárcel», explicó. Por ello indicó que «la formación es actitud y no un periodo concreto, hay que formarse durante toda tu vida».

De su primera formación, la universidad, alabó las facilidades que ha dado a la población para hacer «relativamente» accesible la entrada a cualquier persona. Sin embargo, comparado con otros sistemas universitarios, la institución pública aún no ha logrado tener focos de excelencia, según apuntó. «Para ello apeló a la necesidad de exigir a las institución y a vosotros - los alumnos-, una etapa en la que los universitarios deben aprovechar para exigir a sus profesores y mentores para que su formación sea lo más completa posible. «Prefiero las críticas de los alumnos cuando van encaminadas a que se hagan mejor las cosas a solo quejarse», incidió.

Alberto Rojas Bueno

«Vamos a la universidad para ser personas con éxito, pero hay que aprender además otras habilidades»

Alberto Rojas lleva en el ADN la condición de un empresario nato. Con solo 18 años comenzó a dar clases de inglés en casa de sus padres, una forma de sacarse algún dinero extra que fue a más con el paso del tiempo y de la que nació su primer negocio, una academia de idiomas que actualmente está vigente y que ahora lleva un familiar. Pero eso solo fue el comienzo y a partir de entonces no ha parado de ver oportunidades en las que apostar, algunas han prosperado y otras en cambio le han hecho perder dinero, como él mismo contó durante su intervención. Actualmente es el general manager de Synergia coworking un centro de negocios especializado en el turismo, las nuevas tecnologías y empresas del sector creativo.

¿Para qué vamos a la facultad?, preguntó Rojas al público. Para ser más competitivo o trabajar en lo que quiero fueron las respuestas que obtuvo. «Yo no estoy de acuerdo. Vamos a la universidad para ser personas de éxito». Un término que el ponente asoció a la felicidad y el hacer algo que gusta.

En esa línea expuso y argumentó un decálogo para tener éxito, diez puntos que si bien la universidad no ahonda de manera directa en ellos, Rojas calificó de fundamentales para alcanzar el éxito:

Saber leer y escribir vivir en sociedad (respeto, honestidad, solidaridad, networking...), vivir en familia, hablar otros idiomas, conocer mundo e interpretar la realidad internacional, manejar las TIC y dominar la vida online, hablar en público, ser proactivo, inquieto y desarrollar una visión crítica y vivir una vida plena en el ámbito social, espiritual, cultural y física son los puntos que conforman este decálogo. Una visión esquemática sobre algunas cosas a tener en cuenta y de las que este empresario matizó en algunos casos. Sobre el primer punto y su posible obviedad -saber leer y escribir- él mismo comprobó durante sus años como profesor de inglés que los universitarios tienen dificultades para la comprensión y elaboración de un texto. En cuanto a los idiomas, en su caso, el inglés es algo que ya da por sabido y exige que el posible empleado controle un tercer idioma como francés o alemán. Hablar en público es otra de las cuestiones que la experiencia le ha hecho ver que no resulta tan sencillo; vencer el miedo escénico es importante.

Viajar, tener la mente abierta para nuevas relaciones, conocer otras culturas y aprender más allá del ámbito local proporciona una riqueza y saber que no se obtiene en las aulas. «La universidad contribuye a todo esto, el conocimiento se adquiere ahí pero hay cosas que aún no enseña», sentenció.

Rafael Ventura

«La UMA ha potenciado la relación entre la institución y las empresas»

La universidad lucha para que los jóvenes adquieran todas las competencias necesarias y salgan con una formación más allá de las clases que se imparten en las aulas. Para ello, la Universidad de Málaga ha estrechado relaciones con las empresas para acercar más aún a los alumnos al mundo laboral, según informó el vicerrector de Innovación Social y Emprendimiento de la Universidad de Málaga, Rafael Ventura. Ejemplo de ello es el edificio Rayo Verde, un espacio que ocupa el Parque Tecnológico de Andalucía que apuesta por el emprendimiento y la innovación. Ventura indicó que con más de 300 actividades llevadas a cabo desde su apertura, el 95 por ciento han sido propuestas por agentes externos a la universidad.

En cuanto a la posibilidad de estudiar durante esta etapa más allá de las fronteras de Málaga, Ventura explicó que cada año salen unos 1.000 alumnos a formarse fuera y llegan a las instalaciones otros 1.000 alumnos procedentes de otros países. Sin embargo, sobre la necesidad de salir parte de los graduados o antiguos licenciados fuera del país en busca de una oportunidad laboral el vicerrector expuso: «La crisis ha obligado a que salga la gente fuera pero también ha sido una buena oportunidad si ese capital humano regresa».

Para culminar instó a los presentes a que aprovechen al máximo esta etapa, que se nutran de todos los recursos que ofrece la institución púbica y sepan ver todas las oportunidades que brinda.

Conclusiones del I Foro de Excelencia

Dos horas durante las cuales, expertos de ámbitos dispares detallaron desde su experiencia cuáles son las herramientas que los universitarios tienen a su alcance para convertirse en personas de éxito. Una clase magistral para que los universitarios comiencen desde hoy a labrar su futuro y en la que todos los ponentes coincidieron en varios conceptos: invertir el tiempo en algo que genera pasión siempre es positivo. Salir de la zona de confort y afrontar los miedos es algo que todo el mundo siente, solo es cuestión de hacerle frente. El continuo aprendizaje es necesario, al igual que sacar tiempo para las relaciones personales y la vida social. Y, por último, el fracaso es un paso más para alcanzar el éxito.