A diario atendemos, en el servicio de orientación e intermediación laboral de Prodiversa, a una media de 15 a 20 personas aproximadamente. Algunas de estas demandan desde una orientación laboral basada en el autoconocimiento personal y profesional, elaboración de un currículum y carta de presentación, hasta la realización de talleres de simulacros de entrevistas para saber cómo debe preparar y enfocar las mismas en función del puesto que opte.

El perfil de nuestras personas beneficiarias se caracteriza por una media de edad de unos 40 años, llegando hasta los 62. Su perfil profesional, en el caso de los hombres, está centrado en el sector servicios y muchos de ellos proceden del sector de la construcción, teniendo que reinventarse a sí mismos aprendiendo una nueva profesión para poder seguir dentro de este competitivo mercado laboral. En el caso de las mujeres, su perfil profesional destaca por su experiencia laboral, sin contrato, en la restauración y el servicio doméstico. Un perfil difícil de encajar en un engranaje social que demanda pruebas escritas de cualquier experiencia laboral o formativa.

En el servicio de orientación laboral, pretendemos ayudar a las personas a que sean más autónomas y seguras de sí mismas en su búsqueda activa de empleo, dejando a un lado la intervención paternalista y sobreprotectora que se venía desarrollando en otros programas de empleo tiempo atrás. Buscamos, junto con la persona usuaria, su autoconocimiento, autonomía y por tanto, su empoderamiento.

Otra área de intervención del equipo de empleo es la intermediación laboral. Desde esta área, facilitamos la comunicación y el flujo de perfiles entre empresas que demandan trabajadores/as y personas que buscan empleo. Nuestras empresas colaboradoras promueven con su labor la responsabilidad social corporativa, un concepto que no debe limitarse a las grandes empresas sino que debe ser cada día más accesible y extendido a las pequeñas y medianas empresas del tejido empresarial malagueño.

Ahora nos encontramos con dos opciones para contratar por parte de las empresas: una con formación, escasa experiencia y poca edad o juventud. Y el segundo perfil u opción, persona mayor de 40 años, con escasa formación profesional pero con muchos años de experiencia. Ante esta situación, el mercado laboral opta por la primera opción, ante la posibilidad de abaratar dicha contratación. Pero es aquí donde queremos denunciar la dicotomía a resolver en el trabajo diario; busco persona joven, con formación y quiero que tenga experiencia y sepa realizar las funciones propias al puesto. Las personas que atendemos se reinventan pero nuestro mercado laboral y nuestro país de manera global tiene que experimentar una profunda reflexionar. Mientras, aquí estaremos a pie de calle ayudando, comprometidas por la transformación social.

*Patricia Manosalvas es trabajadora social de Prodiversa-Progreso y Diversidad