La provincia de Málaga ha seguido ratificando en este 2016 los signos de reactivación percibidos en los dos ejercicios anteriores pese a haber moderado su ritmo de crecimiento económico. Tras un 2015 que se cerró con un aumento del 3,5% del PIB (el mayor registrado desde que empezó la crisis), la cifra se ha atenuado este año hasta un 3%. La desaceleración tiene que ver con el menor impulso que la economía española, a nivel global, está recibiendo de factores que en 2015 habían actuado como «vientos de cola» (caso de los bajos precios del petróleo y la política monetaria europea o, a nivel nacional, el impulso fiscal) y que ya no están teniendo la misma incidencia. No obstante, a inicios de 2016 se presagiaba que el recorte del crecimiento podría ser mayor por lo que la evolución ha mejorado las expectativas iniciales, según recuerda Analistas Económicos de Andalucía, del Grupo Unicaja.

El balance de 2016, en cualquier caso, sigue siendo positivo para Málaga en cuanto a creación de empleo y bajada del paro aunque las cifras de desempleo son aún insoportables y doblan las que había antes de la crisis. La provincia tiene, al mes de noviembre, 171.1500 parados inscritos en las oficinas de empleo (casi 13.500 menos que hace doce meses y el nivel más bajo desde 2010) y una tasa de paro del 25,2% de la población activa. El número de afiliados a la Seguridad Social se sitúa en 552.210 (23.744 afiliados menos que hace un año), con el mejor nivel de ocupación desde 2009 y muy cerca de los casi 558.000 de 2008. Otro característica de este ejercicio ha sido la consolidación de un nuevo tope histórico de autónomos en Málaga. La provincia roza los 109.500 trabajadores por cuenta propia, casi 3.500 más que a inicios del año, lo que revela que muchas personas optan por el autoempleo ante la falta de perspectivas laborales. Los sindicatos dicen que este auge esconde también abusos por parte de las empresas, que recurren a la figura del «falso autónomo» en lugar de contratar.

La reactivación económica se percibe también en Málaga a través de un ritmo de creación de empresas que sitúa el censo casi al nivel previo a la crisis. Y es que a pesar de que la recesión se ha llevado en estos años por delante a unas 16.000 empresas de la provincia, también se generan nuevos negocios que compensan en parte a los que desaparecen. Así, Málaga tiene a noviembre más de 57.000 firmas de alta en el Régimen General de la Seguridad Social, la cifra más alta a estas alturas del año desde el inicio de la crisis, en 2008, y muy cerca ya de las 58.800 de 2007, en la cúspide del boom económico. La pujanza se deja sentir también en otros parámetros de creación de empresas: en lo que va de año se han generado ya más de 4.700 nuevas sociedades mercantiles, casi un 10% más que en 2015.

Sin embargo, tanto el presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Javier González de Lara, como el decano del Colegio de Economistas de Málaga, Juan Carlos Robles, reconocen que el actual tejido productivo no puede compararse todavía con el de antes de la crisis, ya que, por lo general, las compañías que desaparecieron generaban más empleo que las que están surgiendo. Por otro lado, las plantillas medias de las empresas que sí han superado la crisis son, por norma, más reducidas que las que tenían en 2007. De hecho, la tasa de paro en aquel año era sólo del 10,4%.

Economistas y empresarios se muestran razonablemente satisfechos con la evolución de la economía y con el ritmo de creación de empresas aunque lamentan que la «incertidumbre política» haya frenado las inversiones y propiciado un ejercicio, en conjunto, «irregular». Por su parte, los sindicatos denuncian la precariedad del empleo generado. Los secretarios generales de CCOO y UGT, Antonio Herrera y Auxiliadora Jiménez respectivamente, afirman que la subida de la ocupación sigue muy ligada al devenir de la campaña turística de verano y recuerdan que en torno al 95% de los contratos que se firman cada mes en Málaga son temporales y el 40% a tiempo parcial por el recelo de las empresas en relación al futuro. Dos de cada tres contratos eventuales que se firman duran menos de un mes, y en sectores como la hostelería la rotación laboral es enorme, con los trabajadores encadenando un contrato tras otro.

Por sectores, el año ha sido formidable de nuevo para el turismo, que vuelve a firmar cifras récord. La provincia cerrará el curso con más de 12 millones de turistas (+10,3%), 26 millones de estancias hoteleras (+7,2%) y un impacto económico de 11.000 millones de euros. Eso sí, la CEM recuerda que al sector turístico le queda ahora ir mejorando sus márgenes de rentabilidad. Otra buena noticia la deja el comercio exterior, también en cifras históricas. Málaga lleva casi 1.660 millones de euros acumulados en exportaciones hasta el mes de octubre (+11,1%) y va camino de cerrar este 2016 con más de 1.950 millones. La Cámara de Comercio de Málaga, sin embargo, afirma que la provincia necesita más empresas que exporten. Las que sí están aprovechando cada vez mejor el mercado internacional son las firmas agroalimentarias de la provincia, que acaparan ellas solas el 52% del volumen total exportador de Málaga.

También ha sido muy destacable el significativo incremento de las importaciones en Málaga (1.607 millones hasta octubre, un 13,2% más), señal de que la demanda interna y el consumo repuntan.

Por su parte, la construcción ha confirmado en este 2016 su revitalización. Sube un 7% la compraventa de viviendas (que ya está a su mejor nivel desde 2009, con más de 22.000 hasta octubre) y un 13% la firma de hipotecas. Y algo también vital: el sector ha iniciado desde el pasado año la construcción de nuevas promociones, ya que el stock de viviendas heredado de la época del boom está casi finiquitado. Las grúas han comenzado así a verse de nuevo por la provincia, principalmente en Málaga capital (sobre todo en Teatinos y en toda la zona del paseo marítimo de Poniente) y en el área de Marbella. También la cifra de futuros proyectos renace tras años de absoluto parón. Según el Colegio de Arquitectos de Málaga, los tres primeros trimestres del año se han saldado con 2.207 viviendas visadas y una subida del 14,4% sobre 2015. La cifra es la más alta en siete años aunque muy lejos de los niveles previos a la crisis (en 2006 se visaron casi 45.000 viviendas y en 2007, 27.000).

Pero si el segmento de la vivienda da ya síntomas de reactivación, no ocurre lo mismo con la otra pata de actividad del sector: la obra pública. La Asociación de Constructores y Promotores (ACP) considera «insuficientes» las cifras de inversión de las distintas administraciones en Málaga, pese a estar repuntando en relación este año a los bajísimos niveles de 2015 (162,8 millones de euros, un 60% más). Antes de la crisis, Málaga se movía entre los 1.000 y los casi 1.500 millones al año.