Rumba y Lilo pasean por la calle Fajardo y esperan a que salga el sol. Cuando el frío llega a sus orejas se meten dentro de la tienda que lleva su nombre y esperan toda la mañana a que vengan a saludarles. Ellos son los perros de Begoña Cano, una auxiliar de farmacia de 29 años que decidió dejar su puesto de trabajo para abrir una tienda de animales en el Centro Histórico.

El establecimiento Lilo&Rumba cumplió un año de vida el pasado 7 de diciembre y aunque su dueña confiesa que el negocio va bien, a veces le cuesta llegar a final de mes por el excesivo precio de los alquileres de la zona. «Soy muy amante de los animales y cuando me mudé al centro de la ciudad me di cuenta que cuando me hacía falta cualquier cosa para mi perro no tenía más remedio que coger el coche», comenta. A partir de ese momento, la idea que surgió en su cabeza de abrir una tienda de higiene y cosmética, transporte y descanso o moda y accesorios para perros se fue haciendo cada vez más grande. «Cuando tuve la idea estábamos en plena crisis económica y no me atrevía a pedir un crédito al banco», confiesa Cano y tras cuatro años y varios estudios de mercado se lanzó a abrir sus puertas. Hoy, le sorprende que sean muchos los que la paren por la calle reconociendo a sus dos bulldogs francés, padre e hija de 9 y 6 años respectivamente.

«Los restaurantes y tiendas son cada vez más permisivas. Yo veo que Málaga es cada vez más perruna y la gente adopta más y compra más animales y el que tiene un mascota la cuida como si fuera parte de su familia», explica Begoña Cano que ya tiene en mente varias ideas de cara al próximo año como una comida el próximo mes de enero en un restaurante o dar un paseo con varios canes durante todo un día.

Rumba luce un lazo de color rojo en su cuello y se sienta al lado del mostrador. Mientras, Begoña envuelve algunos de los collares personalizados para perros que más se han vendido durante este año. Esta vez, el pedido viajará hasta Tenerife. Chubasqueros o pajaritas para perros también esperan en el establecimiento. «Ahora lo que más se venden son chubasqueros y bolsas de viaje para perros», explica Cano que aclara que al contrario de lo que se pueda pensar los perros grandes como los galgos son los que más reciben este tipo de regalos por parte de sus dueños.

Al igual que ocurre en el céntrico establecimiento de Lilo&Rumba, en Malagueta Canina se ha incrementado considerablemente el número de ventas de jerseys, chubasqueros y ropa de abrigo para las mascotas. «Desde octubre hasta febrero se venden bastante este tipo de productos», explica la responsable del local, Inés Rodríguez.

Ventas online

Miguel Ángel Toledo también busca tiempo para enviar los pedidos que los malagueños realizan al establecimiento online Tu tienda de animales. El establecimiento virtual que lleva un año abierto prepara regalos navideños para pájaros o para perros. Casas con escaleras o parques de juegos para periquitos son algunos de los presentes más demandados aunque algunos aún no se manejen bien con las nuevas tecnologías. «Los clientes más mayores llaman y quieren hacer el ingreso directamente a mi número de cuenta», dice Toledo aunque explica que son los amantes de los animales más veteranos los que tienen menos miedo a gastar dinero mientras que los jóvenes tienen más reparos a la hora de invertir en sus mascotas.

La Navidad también ha llegado para los canes y parece que sus regalos esperan bajo el árbol. La ciudad que, cada vez más, es más permisiva en cuanto a la entrada de mascotas en establecimientos demuestra su pasión por los animales.