Cientos de animales murieron durante las últimas inudaciones que azotaron a la provincia de Málaga y más lo hubieran hecho de no ser por la solidaridad ciudadana. El movimiento animalista toca conciencias y la sociedad condena cada vez más a aquellos que maltratan o abandonan a un animal. Asociaciones, protectoras y otras entidades proanimalistas trabajan desde hace años y la tauromaquia es uno de los talones de aquiles de este sector que, a pesar de que el debate se genere libremente en la actualidad, no fue hace tanto tiempo cuando comenzaron las primeras manifestaciones. Vélez-Málaga fue el escenario elegido en 2006 para celebrar la primera concentración por la abolición de la tauromaquia en Andalucía, tras organizarse la última en 1935. El presidente del colectivo andaluz contra el maltrato animal (CACMA), Antonio Moreno, detalla que fue una de las primeras actividades que se celebró por parte de la institución que se creó formalmente en 2007. Desde entonces no ha parado de hacer una labor silenciosa junto a otras asociaciones y protectoras y el trabajo comienza a tener resultados. «La tauromaquia era un tema tabú hasta finales de los 90. La gente no solo habla de ello, sino que se ha despertado la conciencia», sentencia.

El sociólogo de la Universidad de Málaga, Andrés Lozano, asegura que la declaración de los derechos de los animales a finales de los años 70 marcó un hito. «Supuso un creciente interés en considerar que el animal tiene capacidad de sentir dolor y, en consecuencia, tiene que ser bien tratado». Eso, sumado al desarrollo de la visión ecologista y medioambiental, y a la transformación del papel del animal, relegado al trabajo y la alimentación hasta la revolución industrial y ahora, con gran peso dentro de nuestros propios hogares, ha motivado que se genere una conciencia que hasta hace años era testimonial. «Puede ser un progreso moral el tener mayor sensibilidad o estar al menos en contra del maltrato animal gratuito. Diría poco o nada de nuestra especie producir dolor de manera gratuita», sentencia. Un movimiento que asegura que ha llegado para quedarse y que tiene varias vertientes; algunas que defienden que el animal no debe ser sacrificado ni para servir como alimento y que va de la mano del veganismo y otra «menos radical, en el buen sentido», que apoya la declaración de los derechos de los animales. Una tendencia que está en contra del maltrato y el abandono.

Las redes sociales se han convertido en un altavoz para este sector que viraliza cada contenido que se genera. Una forma de alcanzar a la sociedad que en gran parte de los casos beneficia a las asociaciones, según ellas mismas detallan. Sin ir más lejos, miles de personas ofrecieron su ayuda a diversas asociaciones durante las inundaciones del primer fin de semana de diciembre de 2016 gracias a que corrió la petición a través de las redes. Aun así, las protectoras continúan sobresaturadas y tienen como principal objetivo fidelizar socios para contar con unos ingresos económicos necesarios a fin de mes y promover la adopción. Sólo en Málaga se abandonan unos 15.000 animales al año y 100.000 en toda la comunidad, de los cuales, el 60% es sacrificado por falta de familias de adopción según explica el presidente de CACMA. No son los únicos animales que se abandonan, el Refugio del Burrito cuenta solo en Málaga con 100 burros; animales que caen el olvido, según explica la presidenta de la asociación, Verónica Sánchez, al ser abandonados a su suerte cuando ya no los necesitan sus dueños.

La Protectora de Animales y Plantas de Málaga es una de las grandes referentes y durante el año pasado recogió algo más de 2.000 perros y dio en adopción a 1.700, según informa su presidenta Carmen Manzano. «La gente se está concienciando y ya no hay vergüenza de decir ´soy animalista y antitaurino´. Los jóvenes sobre todo», expone. Sin embargo, aún hay mucho que hacer y asegura que la esterilización es uno de los puntos a tratar con el ciudadano de a pie.

En cuanto a las redes, Manzano lo tiene claro: «Para nosotros es una ventana al mundo. Quieren adoptar hasta en Sudamérica. En estos casos digo que seguro que en su ciudad hay protectoras pero quizás con menos recursos. Las redes mueven conciencias».

Plano legislativo

El propio presidente del CACMA detalla que la ordenanza municipal de Málaga , elaborada por el Ayuntamiento y otros colectivos en 2009, fue «avanzada» para aquel momento y ya contemplaba la prohibición de circo con animales, que se implantó hace tres años en la capital, o el control de las colonias felinas. Sin embargo, exige mayor involucración por parte de las instituciones. «No es solo una labor social, tienen herramientas pero no las utilizan», sentencia. Realizar controles de natalidad, de microchip y aeroportuarios, para vigilar las entradas y salidas, o investigar el origen de los animales que se venden en tiendas reduciría el problema ya que, según expresa, no cuentan con la documentación necesaria para justificar su procedencia. «El origen es como mínimo alegal y colaboran con el tráfico de animales», expone. Solo en estas fiestas unos 10.000 perros están puestos a la venta en las tiendas malagueñas.

La presidenta de la protectora de Málaga va más allá y exige inspecciones exhaustivas entre los cazadores. «El 80 por ciento de los perros que hay en la protectora son de caza y la gran mayoría de los que llegan a otras protectoras y zoosanitarios, también», indica. Obligar a que se esterilicen a los animales y crear una unidad policial sólo para animales son algunas de las medidas que no están a su alcance pero exigen a las instituciones.