Por el investigador Miguel Alba acabamos de conocer en un interesantísimo libro (S.S.Heliópolis. La primera emigración de los andaluces a Hawai. 1907) que la proliferación del cultivo de la caña de azúcar en las costas de Málaga y Granada motivó el reclutamiento, por parte del Gobierno de Estados Unidos, de cientos de malagueños y granadinos para enviarlos a las islas Hawai hace 110 años y extender el cultivo.

No es de extrañar, pues como destaca el historiador Antonio Guzmán, el cultivo lo introducen en nuestras costas los árabes, aunque es tras la Reconquista cuando empieza el auge. «En la provincia de Málaga el ingenio más antiguo que tenemos es el de Manilva de 1530, del que quedan restos».

Antonio Guzmán es además vicepresidente de la Asociación en Defensa de las Chimeneas y el Patrimonio Industrial de Málaga, que un año más, como lleva haciendo desde 2004, ha presentado un calendario, dedicado en esta ocasión al patrimonio industrial azucarero.

Realizado por la Diputación y su centro de ediciones, el calendario lleva por título La Costa del Azúcar, y ofrece doce joyas, antiguos trapiches, ingenios o fábricas de la provincia. La portada, de hecho, está dedicada a la desaparecida azucarera de Zamarrilla de Málaga capital, que estaba junto a la ermita de la calle Mármoles. La fotografía, de comienzos del siglo XX, fue realizada por Vicente Tolosa Elorduy, gerente de la Industria Malagueña de los Larios.

La contraportada está dedicada a la famosa azucarera de Torre del Mar, una fábrica cuyo antecedente fue un ingenio establecido en 1796. En 1846 fue la primera fábrica de este tipo que empleó máquinas de vapor. Es uno de los pocos vestigios del patrimonio industrial azucarero con final feliz: cerró las puertas en 1992 pero se ha rehabilitado y en la planta baja acoge un Museo del Azúcar.

Muy pocas de las fábricas e ingenios del calendario han tenido tanta suerte. Tan solo la fábrica de azúcar de San José en Nerja (1864), reconvertida en instituto; la fábrica de San Rafael, en Benamargosa (1900), que está siendo rehabilitada; la alcoholera de San Pedro de Alcántara (1871), rehabilitada para centro cultural y la fábrica de miel de caña de Nuestra Señora del Carmen, en Frigiliana (1725), «la única en activo en toda Europa», comenta Antonio Guzmán.

Para el historiador, «es una pena que no se haya conseguido proteger casi nada del patrimonio industrial de Málaga, a pesar de que se vienen pidiendo por parte de asociaciones como esta, así como por profesores de universidad e intelectuales».

En este sentido, pone el ejemplo de la que quizás sea la más importante, desde el punto de vista histórico: la protagonista del mes de abril, la fábrica de azúcar de San Rafael, en Torrox, fundada nada menos que en 1569 y que funcionó hasta 1945. «Ha atravesado todas las épocas y las resume muy bien porque conserva lo que era el ingenio preindustrial, con el salto de agua, pero también la parte industrial con las máquinas. Está en un estado lamentable y el invierno pasado se hundió una parte del techo», critica.

El historiador lamenta la poca sensibilidad de los políticos malagueños, que permiten que la mayoría de este patrimonio siga en continua decadencia. «Yo creo que no acaban de creérselo, porque cualquiera que vea algo tan impresionante como la fábrica del Tarajal en Málaga...», señala.

A este respecto, José Antonio Ruiz, presidente de la Asociación en Defensa de las Chimeneas y el Patrimonio Industrial, destaca como su colectivo ha reclamado que esta fábrica, levantada en 1931, sea declarada Bien de Interés Cultural.

«Es el conjunto industrial más completo que hay en la capital. Pedimos que fuera BIC hace un par de años, la delegada de Cultura entonces, Patricia Alba, hizo un informe favorable pero la cosa se ha parado», lamenta.

Museo de la Industria

La asociación también reclama la máxima protección para la fábrica de electricidad Fiat Lux, hoy de Endesa. «Hemos presentado alegaciones al Peri porque quieren tirarla. ¿Qué sentido tiene mantener sólo la chimenea?», se pregunta el presidente.

Precisamente, la antigua fábrica Fiat Lux es uno de los emplazamientos que el colectivo propone para un futuro Museo de la Industria en Málaga, un equipamiento cultural al que no renuncian porque consideran consustancial con la historia de la capital y de la provincia. Y como prueba, estos ingenios azucareros, muchos de los cuales están pidiendo una urgente rehabilitación.

El presidente ya anuncia para 2018 un calendario que, posiblemente, reivindique la creciente labor de las asociaciones malagueñas a favor del olvidado patrimonio industrial.