Los trabajadores de la sanidad malagueña esperan de 2017 grandes mejoras. La primera de ellas, anunciada por la propia presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en el Parlamento andaluz, la estabilidad de 15.000 trabajadores eventuales, 3.000 de ellos malagueños. El proceso beneficiará al personal eventual estructural que se encuentra trabajando en los centros del SAS y que haya estado trabajando con nombramientos eventuales, al menos por un periodo de doce o más meses en un periodo acumulado de dos años en un mismo centro, para la prestación de servicios de atención de necesidades estructurales. Por este motivo, serán los centros, antes del 31 de enero, los que identifiquen las plazas y los profesionales afectados por estas medidas.

Para la Consejería de Salud, la estabilidad del empleo y la recuperación de derechos perdidos en la sanidad pública andaluza es «una prioridad». La última Oferta Pública de Empleo aprobada para el SAS en 2016 contempla 3.391 plazas y con esta oferta se alcanza por primera vez en tres años el cien por cien de la tasa de reposición.

El próximo 16 de enero también supondrá un antes y un después para los profesionales de la sanidad malagueña, puesto que los sanitarios de todas las categorías pasarán de cubrir 37,5 horas a 35. Rafael González, de CCOO, afirma que la vuelta a la jornada semanal habitual supondrá que si se quiere hacer la misma actividad asistencial habrá que aumentar plantilla. «La Junta ha hecho el impacto económico, estamos a la espera de saber cómo se aumenta», señaló. De igual modo piensa Ramón Sánchez-Garrido, responsable de sanidad de UGT, que señala que el cambio a las 35 horas semanales debe suponer un incremento de puestos de trabajo que se deben crear en el sistema sanitario, «porque la calidad de los servicios está vinculada a los recursos, y no podemos permitir dilatar más en el tiempo las listas de espera en Málaga, que redundará en la mejora de la calidad del servicio sanitario a los ciudadanos».

Asimismo, señala la necesidad de negociar un plan de ordenación de recursos humanos para atajar el envejecimiento de plantillas, asegurar la gestión de los servicios públicos y abordar nuevas tareas reclamadas por la sociedad. Por su parte, fuentes del Sindicato Médico piden una vuelta progresiva a la plantilla que había en el SAS antes de la crisis, que consideran clave para que se reduzcan las listas de espera y el número de camas por habitante para no estar a la cola de Andalucía.

Las necesidades de personal, coinciden las fuentes, obedecen a todos los servicios y a todas las categorías, aunque son los centros de Atención Primaria los que más necesidades de plantilla tienen, puesto que muchos profesionales han asumido cupos de compañeros de baja o jubilados y ya se ha superado la cifra de 1.500 pacientes en numerosos casos frente a los 1.200 recomendados. «La mejora en la Atención Primaria no será solo para los profesionales, sino que también para los pacientes, que sufren trastornos por los cambios y no tienen seguimiento, algo fundamental para numerosas patologías. La atención asistencial continuada se pierde por definición», señala el responsable de sanidad de CCOO.