El sector promotor e inmobiliario ratificó en este recién concluido 2016 su tónica de reactivación con un nuevo incremento anual (el segundo consecutivo) del visado de viviendas para la construcción de futuros inmuebles, evidenciando que la actividad retoma el pulso de forma lenta pero sostenida tras una época de absoluto desplome. En concreto, el pasado ejercicio se cerró con un total de 3.041 viviendas visadas ante el Colegio de Arquitectos de Málaga y un aumento del 23,9% en relación a las presentadas el año anterior (2.454). Eso sí, el crecimiento fue bastante más atenuado que en 2015, cuando el número de visados se triplicó en relación a 2014, lo que invita a pensar que, aunque se está en el buen camino, la recuperación no será rápida.

En cualquier caso, las cifras de 2016, presentadas ayer por el propio Colegio, sirven a la provincia para firmar el mayor número de visados en siete años, quedándose además muy cerca de los 3.370 que se contabilizaron en 2009. El número sigue estando, eso sí, a una distancia enorme de los guarismos de la etapa del boom económico e incluso de los albores de la crisis (en 2006 se visaron más de 45.000 viviendas, en 2007 más de 27.000 y en 2008, cuando empezaba la recesión, unas 13.000).

El decano del Colegio de Arquitectos, Francisco Sarabia, calificó como «positivos» los datos de 2016, un año en el que el sector volvió a exhibir, a su juicio, un «buen crecimiento, pese a moverse todavía en números muy por debajo del nivel de actividad» que debe tener una provincia como Málaga. «Somos optimistas. Estamos en recuperación pero tardaremos todavía en llegar a unas cifras razonables», comentó. Nadie en el sector pretende en absoluto regresar a los desenfrenados números de la burbuja inmobiliaria, que en parte originaron la actual crisis, pero sí alcanzar el volumen de un mercado normalizado.

Para Sarabia, el reto de futuro de la provincia debe ser moverse en una horquilla de entre 20.000 y 25.000 visadas al año, lo que daría tanto para satisfacer la demanda natural de la población malagueña como para dar oferta suficiente al comprador de fuera, tanto nacional como extranjero, que busca una segunda vivienda de tipo vacacional. El decano afirmó que si la evolución económica es buena y se entra en una etapa de estabilidad política en España que elimine incertidumbres al inversor ese objetivo podría ser factible en un plazo de unos cinco años.

La impresión es compartida por el presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP), Emilio López Caparrós, que ayer también mostró su satisfacción por el incremento de visados. «Se nota en toda la Costa del Sol que hay mayor movimiento. Las grúas han vuelto y las expectativas son muy buenas para este 2017. Si la banca acompaña con la concesión de hipotecas a los potenciales compradores, asistiremos a nuevas subidas», aseguró.

Volviendo a los datos de 2016, las estadísticas del Colegio sitúan un año más a Málaga capital a la cabeza de los visados (878), con un incremento del 23,3% sobre el año anterior, seguida por Estepona (que experimenta una gran subida, de 24 a 487), Mijas (de 105 a 282) y Benahavís (de 61 a 227). Marbella, que el año pasado se situaba en segundo lugar, baja un 75% la cifra de visados (de 492 a 173) y cae al quinto lugar. La lista de municipios con mayor actividad la completan Fuengirola (141), Benalmádena (119), Rincón de la Victoria (111), Torremolinos (102) y Vélez Málaga (91). El último trimestre de 2016 fue de especial intensidad, ya que se visaron 985 viviendas, con una subida de casi el 50% sobre el mismo periodo del año anterior.

Tanto Sarabia como López Caparrós destacaron la pujanza de la capital y la franja costera en general. En el caso de Marbella, reconocieron que la anulación del PGOU de 2010 por parte del Tribunal Supremo a finales de 2015 ha pasado factura debido a la «incertidumbre generada» en los inversores. Esta dinámica, en su opinión, explica también la intensa subida de proyectos en localidades limítrofes como Estepona, Benahavís o Mijas. «La zona de Marbella concita mucho interés y es posible que la demanda, tras la anulación del PGOU, se haya desviado a su periferia», dijo el decano.

También apuntó que la zona del interior de Málaga continúa anclada en cifras de visados muy bajas, y dijo que la recuperación no se completará hasta que el aumento de proyectos se reparte de forma más uniforme por la provincia.

Menos viviendas acabadas

En cuanto al número de viviendas acabadas, las cifras de 2016 ofrecen un hecho significativo: por primera vez desde comienzos de la crisis, la cifra ha repuntado en su evolución anual, aunque sea de forma mínima y desde niveles ínfimos de actividad. En la provincia se terminaron 1.235 viviendas el pasado año, con un aumento de casi el 9% en relación a las 1.134 de 2015 (cifra que supuso la más baja de la serie histórica). Marbella, con 207, Málaga, con 145, y Mijas, con 111, lideran este apartado.

La explicación al repunte es que ya están llegando al mercado las viviendas que se visaron a partir de 2014, cuando el sector comenzó a despertar tímidamente de su largo letargo, o aquellas cuyas obras se retomaron después de años de parón. «Esa curva de viviendas terminadas tiene que empezar ahora de nuevo a subir», comentaron.