­No hubo incidentes. Nada parecido a los acalorados abucheos que en este tipo de ceremonias, tan maltratadas por la historia, suele acompañar la entrada en es cena de los representantes de los partidos. Tampoco se vieron apenas banderas, ni siquiera las justificadas, por invocación, de otro tiempo político. Fue un acto emotivo, desacostumbradamente limpio; tan alejado del circo y el griterío guerracivilista como próximo a los homenajes a la europea, sin signos que hicieran de la memoria un asunto tabú ni espacio para la indulgencia retórica, tan inadmisiblemente común en España, hacia los crímenes del franquismo.

Con el alcalde, Francisco de la Torre, como maestro de ceremonias, el Ayuntamiento casi al completo, al que se sumaron representantes de otras administraciones y de la vida pública, cumplió con una de las cuentas que quedaban pendientes con el antiguo cementerio de San Rafael, la de consagrar una ceremonia con carácter oficial e institucional en recuerdo de las víctimas. Una iniciativa que nace con el compromiso de repetirse anualmente, en respuesta a dos mociones aprobadas por la corporación. Y que a partir de ahora, salvo disensiones posteriores, tendrá lugar todos los años en torno al 11 de enero, fecha en la que se inauguró el monumento funerario en el que reposan buena parte de los fallecidos.

Intervención del alcalde en el homenaje a las víctimas del franquismo

Intervención del alcalde en el homenaje a las víctimas del franquismo

Precisamente el monolito, levantado en 2014, y con llamativa forma de pirámide, ejerció de corazón de la ceremonia, que transcurrió con mucha emoción, bajo la mirada en todo momento de los descendientes de las víctimas, y con ofrenda floral a modo de clausura. Un desarrollo, sin duda, modélico, a tono con la eficacia y la seriedad desempeñada durante los trabajos realizados en el camposanto, y en el que la única objeción, muy comentada, eso sí, vino de parte de un error incomprensible de protocolo por parte del Consistorio, que se olvidó de ceder la palabra a los familiares. En este caso, representados por la Asociación contra el Silencio y el Olvido por la Memoria Histórica, precursora y protagonista de la investigación y del proyecto promovido en el antiguo cementerio.

Quien sí pronunció un discurso, en consonancia con la condición institucional del acto, fue el alcalde, que insistió en la necesidad de priorizar «la concordia» a la hora de evaluar los sangrientos acontecimientos que tuvieron lugar en San Rafael, donde a las ejecuciones masivas y fratricidas de la guerra, siguieron casi veinte años de represión fanática. Para De la Torre ha llegado el momento de «hacer un esfuerzo» y recuperar «absolutamente» todos los datos, aunque siempre con la intención de fondo de unir y de no provocar divisiones. Junto al alcalde, también intervino el historiador Fernando Arcas, especialista en el periodo, que puso de relieve el sadismo y la crueldad con las que tuvieron lugar en Málaga las represalias. Una masacre corroborada en su parte más oscura por las propias conclusiones de la investigación de San Rafael, que aluden al fusilamiento, por parte de las autoridades franquistas, de más de 5.000 personas. Todas ellas documentadas, con nombres y apellidos, en los archivos rescatados por la asociación.

Fernando Arcas interviene en el homenaje a los refresaliados en el franquismo

Fernando Arcas interviene en el homenaje a los refresaliados en el franquismo

La dimensión de la catástrofe, que convierte al cementerio en uno de los escenarios de muerte más señalados de la dictadura, sirve para justificar por sí misma la importancia de la ceremonia. Arcas dio en la clave de su valor simbólico al mencionar los más 75 años que separan las pérdidas del duelo, que vivió ayer una de sus páginas más relevantes, con el primer homenaje oficial de la corporación en toda la historia de Málaga. De nuevo, la capital, vuelve a ser pionera. Y más si se considera que en ninguna gran ciudad gobernada por el PP se ha llevado a cabo hasta el momento un acto de semejante densidad significativa, sin enmascaramientos ni eufemismos en las referencias a la dictadura. Es lo que Arcas denomina como un consenso «trágicamente excepcional» en el país, el que ha permitido, entre otros puntos, que Málaga se adelantara incluso a la ley, asumiendo sin escándalos ni controversias la excavación de las fosas, que culminó en 2009 con la recuperación de los restos de 2.840 personas.

El presidente de la asociación, José Sánchez Gallardo, al que todos se quedaron sin oír, repasó precisamente frente a los micrófonos de la prensa las tareas que restan para completar el proyecto de San Rafael, donde está previsto que se habilite el llamado Parque de la Memoria. Un espacio que el colectivo quiere que se complete con la construcción de un centro de interpretación orientado a labores didácticas y provisto de los documentos y objetos que salieron durante las exhumaciones a la superficie.