La Universidad de Málaga dispone de un protocolo para la prevención y protección frente al acoso sexual, por razón de sexo y por orientación sexual o identidad de género. Dicho documento fue aprobado en la reunión del Consejo de Gobierno del pasado 29 de abril y, si se puede resumir en una sola frase su contenido, esta sería «tolerancia cero» hacia el mencionado acoso en cualquiera de sus formas.

Las competencias de esta normativa recaen en la Delegación del rector para la Igualdad, que, en los preceptos legales del protocolo establece que su objetivo es constituirse «en un instrumento capaz de generar una cultura de sensibilización frente a cualquier situación de discriminación, acoso y violencia de género».

De hecho, su aprobación se incardina en la política de género que -desde hace ya algunos años- viene desarrollando la Universidad de Málaga y que ha sido articulada a través de sus Planes de Igualdad de Género. Al mismo tiempo, es una muestra palpable del posicionamiento institucional de esta universidad de manifiesto rechazo y firme propósito de erradicar la violencia de género en cualquiera de sus manifestaciones, con objeto de lograr un ambiente laboral saludable, no intimidatorio ni hostil, que asegure el respeto de la dignidad de todos.