El profesor de Matemáticas Fernando Gutiérrez creó Amfremar en 2000 cuando era voluntario de prisiones y como comenta, «cambia un poco mi actitud ante la vida y me dedico un poco a ver las necesidades de la barriada del Palo».

Así nace en 2000 Amfremar, que en los inicios atendía a familiares de presos, pero con los años ha ido ampliando su campo de acción hasta convertirse en la ONG más grande el este de Málaga.

Todo comenzó con una experiencia piloto: un comedor para mayores cuya pensión no llegaba a fin de mes. «Después se amplió porque vimos que había un colectivo de personas que estaba en la calle, sin ningún ingreso», resume.

En la actualidad, ofrece desayuno, almuerzo y cena con 120 servicios diarios, así como un comedor infantil que atiende a unos 20 niños al día. También cuenta la ONG con ducha de 10 a 12 horas, para las personas que necesiten asearse, así como ropero, con una doble función: vestir a las personas sin ingresos y también vender ropa y con el producto costear los gastos de la ONG.

El reparto de comida, que también ofrece Amfremar, va a dar un cambio radical la semana que viene, cuando la ONG ingrese en la red de economatos municipales. «Era un poco humillante el ponerse en cola y esperar la comida. La idea del alcalde es maravillosa, un economato social, cada familia paga un 25% de lo que lleva a precio de coste y el resto, el Ayuntamiento». Las estanterías del economato, señala, Fernando Gutiérrez, han sido donadas por Maskom gracias a Sergio Cubero.

El Ayuntamiento sufragará el economato con unos 65.000 euros al año.

Pero para esta ONG, que ofrece además apoyo psicológico, servicio jurídico, cursos, talleres de espetadores y bolsas de empleo, la espada de Damocles es precisamente la pelea diaria para llegar a fin de mes que ha obligado a su presidente a hipotecarse.

En la actualidad, para poder ofrecer todos sus servicios cuentan con cinco locales y tienen dificultades para pagar el alquiler en tres de ellos, cuyos alquileres suman unos 2.200 euros mensuales.

«Fíjate qué pena que ninguno es público, todos nos cuestan los alquileres», lamenta Fernando Gutiérrez, que precisa que una ayuda municipal le permite pagar buena parte de uno de esos tres locales, «menos unos 200 euros al año». Los otros dos locales cuentan con alquileres de 600 y 700 euros mensuales.

«A veces me quita el sueño, menos mal que tenemos personas generosas y asociaciones y colegios que nos ayudan», destaca el presidente.

Reunión con el alcalde

En cualquier caso, le gustaría tener una reunión con el alcalde para plantearle la necesidad de contar con una sede. Estuvieron cerca de conseguirla en 2008, en la calle Real, precisamente fruto de una gestión del actual concejal de Málaga Este, Julio Andrade.

Mientras tanto, esta ONG con cerca de 40 voluntarios planea seguir ayudando a los necesitados con la inauguración, en octubre de este año, de un dormitorio para indigentes.

Para Fernando Gutiérrez, es inexplicable que asociaciones particulares tengan que hacerse cargo de una labor social de urgencia «que tenía que estar cubierta por la administración». Pero siguen en la lucha diaria.