Medio centenar de familias malagueñas se han unido en la «Plataforma concertación de plazas Rga-Tea» con el objeto de exigir a la Junta de Andalucía que concierte plazas residenciales en la Ciudad del Autismo, un centro ubicado en la zona de La Virreina cuyas obras y permisos para ser ocupada concluyeron en mayo de 2016.

Las familias, que hasta hace unos días actuaban a título particular entregando documentos en la Delegación de Políticas Sociales pidiendo la apertura de la residencia específica, han decidido unirse. Su reivindicación que abran el centro de Málaga o que les den una plaza en alguna residencia andaluza. La respuesta es siempre la misma: «No hay plazas». Y es que en Andalucía solo hay dos centros residenciales específicos para personas con trastorno del espectro autista. Una en la zona del Palo, en Málaga y otra en Jerez, en Cádiz. Desde la Fundación Autismo Sur, su gerente, Norberto Nieto, admite que además de la Ciudad del Autismo de Málaga hay otros dos centros construidos en Andalucía a la espera de que se concierten plazas: en San Fernando y en Sevilla.

Nieto apunta a que este tipo de usuarios necesita una plaza en un centro específico, no en una residencia cualquiera. «La ratio de personal es de 1,35 por usuario, se necesitan las 24 horas, ahí se ve la importancia de que estas personas estén en estos centros y no en otros», señala el experto, que admite que la primera fase de Málaga, que está a la espera de que se concierte, tiene 15 plazas y la segunda fase, que estará operativa a final de año, tendrá otras 35.

Nieto reconoce que en este año de espera han llegado a plantearse privatizar las plazas. «No queremos que la Ciudad del Autismo sea como el aeropuerto vacío de Castellón», critica, al tiempo que lamenta que lo peor no es que esté cerrado, sino que haya familias desesperadas por ocuparlo ante las crisis de sus hijos.

Es el caso de la familia España Badía. Juan Carlos cumplirá 21 años en mayo y en junio acabará forzosamente su formación escolar en un centro específico de Guadix, en Granada. Su madre, Ana Badía, pide mensualmente una plaza y su ayuda de dependencia reconocida por su discapacidad al 89%, pero siempre le informan de que no hay plazas libres en ninguno de los dos centros de Andalucía. «Queremos a nuestro hijo, pero no podemos vivir con él», contaba esta mujer en una noticia publicada en este periódico el pasado 8 de enero y en la que admitía que las crisis de Juan Carlos, que pesa más de 100 kilos, hacen que se ponga agresivo ante el temor de sus padres. Esta semana el Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maetzu, ha admitido estudiar su caso, para el que les ha solicitado documentación.

Igual le ocurre a Rafael Reina de Santiago. Tiene 28 años y vive con su madre, separada, que teme sus crisis generadas por sus problemas de comunicación. Su madre, Inmaculada, exige que se abra el centro específico de Málaga porque no puede pagar un centro privado específico, más caro que los generales y donde no quiere ingresarlo porque cree que a su hijo lo dejarán todo el día «drogado y babeando».

La situación de estas dos familias desesperadas no difiere de las de las otras cincuenta que forman parte de la plataforma malagueña. El gerente de la Fundación Autismo Sur, que explotará la Ciudad del Autismo, cuyo nombre oficial es Centro integral de Recursos para personas con TEA, admite que no se trata de demonizar a las personas con autismo, sino que estas necesitan centros específicos donde se les dé la ayuda que precisan. «Necesitan tener un día estructurado, es una discapacidad social,no pueden relacionarse o comunicarse y eso les genera inseguridad y ansiedad, y muchos se ponen agresivos», señala Nieto, que reconoce que para una familia es casi imposible llevar a cabo el orden que necesitan, pues en casa, además de no haber profesionales cualificados, hay otros ritmos con compras, visitas, ruidos o la limpieza, de ahí la importancia de que la Junta concierte de una vez por todas las plazas para que los usuarios, y sus familias, tengan una vida digna.

Sin embargo, por el momento, no tiene muchos visos de que sea en el corto plazo, aunque el jueves, tras mantener una reunión de varias horas, les informaron de que están a la espera de que se apruebe el reglamento de la Ley de Asuntos Sociales que permita la posibilidad de hacer conciertos sociales. «Una vez esté hecho se verá el presupuesto y las necesidades de toda Andalucía», señaló Norberto Nieto que, aunque escéptico, cree haber visto «disposición» por parte de la Junta de Andalucía para dar una solución. No obstante, recordó: «Estos problemas se solucionan con dinero», apuntó.

Cuando la residencia abra en su totalidad, además, se crearán más de 80 puestos de empleo directos y muchos más indirectos.