Suena el timbre y los niños entran en sus aulas. Muchos de los padres han dejado a sus hijos en la puerta del colegio llevándoles la mochila para que no se cansen y dejando sus vehículos en doble fila. Se despiden rápidamente aludiendo que tienen que volver a sus quehaceres diarios incluyéndose en un atasco que, muchas veces, debe ser moderado por un agente de tráfico. El móvil comienza a sonar. En el grupo de Whatsapp de los padres acaba de comenzar el día.

Los padres han convertido en práctica habitual sobreproteger a los más pequeños. El catedrático Nacho Rivas lleva más de 30 años ejerciendo como profesor en la facultad de Ciencias de la Educación. Para él la mejor formación, al contrario del actual patrón de conducta, nace desde la independencia. «No se aprende lo que no se vive, por tanto solo viviendo con independencia y desde la independencia, los más pequeños aprenderán a ser independientes. Esto significa que se sientan respetados como personas y se les permita tomar decisiones sobre sí mismos. Lo cual es algo que la escuela no acostumbra a hacer. Más bien lo contrario», asegura.

Futuras generaciones

Especialistas en psicología aseguran que la sobreprotección de los padres podría repercutir negativamente en el futuro emocional y profesional de los pequeños que delegan responsabilidades como las tareas a sus progenitores. Chus Bravo lleva ejerciendo como psicóloga desde el año 2011 y en la actualidad atiende el teléfono desde su propia consulta en el Centro de Málaga. «Evidentemente, estas prácticas influyen de forma negativa a los más pequeños porque no se les deja desarrollar sus capacidades personales», explica la profesional que alude al miedo o al hecho de que los progenitores quieran dar a los niños todo aquello que ellos no han recibido de pequeños. «La generación anterior tuvo una educación más autoritaria y han crecido con el afán de que a sus niños no les falte de nada», explica Bravo.

Miedo, incapacidad para relacionarse, inseguridad a la hora de ejercer una profesión, baja autoestima, dependencia, baja tolerancia a la frustración o incapacidad para solucionar problemas por sí mismos podrían ser algunas de las consecuencias de este tipo de comportamiento, según la psicóloga. «Los niños crecen pensando que el mundo es peligroso», asevera. María Dolores Torrubia trabaja en la clínica de psicología y logopedia Consulta 21 situada en Teatinos y confiesa que «Proteger es instintivo, sobreproteger es cultural y en la actualidad existe la tendencia a aislar al niño de situaciones complejas o difíciles», sin embargo, la especialista asegura que esto podría llegar a ser contraproducente para el pequeño provocándole más sufrimiento en un futuro.

Quince años trabajando con menores avalan la carrera como psicóloga de María del Mar Parra que confiesa que las principales patologías que trata en la actualidad tienen que ver como problemas emocionales para relacionarse con los demás niños. «A la hora de poner límites siempre existen dos extremos: padres ausentes o aquellos que no lo hacen por sobreprotección», explica. En cuanto a las razones que podrían llevar a los padres a comportarse de este modo muchos achacan este hecho a la edad con la que se tienen a los más pequeños, algo en lo que la psicóloga no coincide: «Estas actuaciones van a depender de la madurez de los padres y no de la edad a la que se tienen los niños», asevera.

Nacho Rivas"La hiper protección afecta a padres distintos"

Nacho Rivas lleva ejerciendo como profesor en la facultad de Ciencias de la Educación desde el año 1985. Por sus aulas han pasado distintas generaciones de educadores y es consciente de que los cambios que se han producido en los últimos años son muchos, incluso en la educación. «El sistema educativo ha ido adoptando cada vez perspectivas más reguladas dejando poca capacidad a desarrollar perspectivas personales». Asimismo, el catedrático sostiene que la sobreprotección de padres a hijos afecta a progenitores muy diferentes.

Chus Bravo"Los niños piensan que el mundo es peligroso"

Los cambios en la educación que ha sufrido la sociedad en los últimos años también influyen sobre los más pequeños. Cada vez se tienen los hijos más tarde y el trabajo impide pasar el suficiente tiempo con los pequeños. «El problema es que los niños crecen pensando que el mundo es peligroso. También puede deberse a alas alarmas que se crean con la información. En la vida hay decepciones y frustraciones pero hay que saber gestionarlas», asevera la psicóloga Chus Bravo.

María Dolores Torrubia"El ´sufrimiento´ infantil es necesario para el aprendizaje"

María Dolores Torrubia lleva seis años ejerciendo como psicóloga en Málaga. Para la profesional, que trabaja en el centro Consulta 21 situado en Teatinos ,el hecho de que los padres intenten proteger a sus hijos es algo normal, sin embargo, asegura que «El ´sufrimiento´ de los pequeños es necesario para su desarrollo y educación y se llama frustración». Para la profesional, en ocasiones, el hecho de evitar problemas al menor podría llegar a ser contraproducente para los pequeños ya que podría influir negativamente en la forma de comportarse y relacionarse con los demás.