La rebelión en el seno del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Málaga está fraguándose por la apuesta del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, de municipalizar Limasa. Incluso con la amenaza pública del concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, de dejar la concejalía si al final se opta por la gestión pública de la empresa de limpieza.

La Opinión de Málaga adelantó el pasado viernes el acuerdo que había alcanzado el alcalde de Málaga con el comité de Limasa para municipalizar la empresa de limpieza, ahora de gestión mixta, información confirmada un día después por el propio De la Torre y que ha provocado un rechazo total y público de la mayoría de sus concejales que hasta ahora guardaban silencio.

Fuentes directas del PP confirmaron ayer a este periódico que la oposición a una Limasa de gestión pública es mayoritaria en el seno del grupo popular, especialmente en los concejales con mayor peso político como Elías Bendodo, Carlos Conde, Mario Cortés o Raúl Jiménez. Al respecto, Bendodo, presidente del PP y de la Diputación, se limitó a contestar ayer que «mi opinión se la daré en privado al alcalde».

Estas mismas fuentes del PP explicaron que «el alcalde está prácticamente solo en estos momentos defendiendo una Limasa municipal», aclarando que «hasta le fecha no ha habido ningún concejal del PP que haya hecho manifestaciones públicas a favor de la municipalización», y añaden que «no es el núcleo fuerte el que está en contra», refiriéndose a Bendodo, Conde, Jiménez o Mario Cortés, sino que «es la mayoría de los concejales» los que no ven bien que Limasa y sus trabajadores pasen a ser empresa pública. Esta misma fuente del partido extiende este rechazo a otros concejales como Teresa Porras, Elisa Pérez o Francisco Pomares. «Para estos concejales la municipalización sería una concesión al chantaje de la plantilla de Limasa», sentencia.

La oposición

El concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, responsable político de Limasa, ha sido el primero en anunciar en público su rechazo a una Limasa municipal, lanzándole además un órdago al alcalde: si se municipaliza el servicio de limpieza dejaría el área de Medio Ambiente y Limasa. «Lo haría por coherencia», explicó, añadiendo que defiende un modelo de limpieza dividido por servicios, es decir algunos públicos y otros privados. «Entiendo que puede funcionar mejor ese modelo; este ha sido mi mensaje siempre», argumentando que «la conflictividad laboral generada por los sindicatos no recomienda que sea una empresa pública». Jiménez recordó, además, que en esta posición no estaba solo en su grupo pues «algunos ediles me han transmitido que su posición sería una privatización en varios lotes».

Momentos antes, otro de los pesos pesados del grupo, el concejal de Economía y portavoz municipal, Carlos Conde, daba la espalda al modelo municipal que ahora defiende el alcalde y tras señalar que en el PP «no demonizamos ni lo público ni ensalzamos ni idolatramos lo privado», se decantó por plantear «un modelo mixto, que nos ofrezca lo mejor de lo privado y también de lo publico».

Conde añadió que aunque la competencia es del alcalde, éste deberá contar con la decisión de su grupo. «Que a nadie le quepa la menor duda de que el alcalde, así nos lo ha trasladado, que no va a avanzar en esta decisión que afecta a Limasa sin tener el acuerdo de su equipo de gobierno».

Dentro de ese grupo de ediles favorables a la privatización a los que se refería Raúl Jiménez, está Mario Cortés, anterior portavoz del grupo municipal, que en varias ocasiones ha hecho pública su posición al respecto decantándose por un servicio de limpieza privado y a ser posible dividido por servicios para fomentar la competencia entre diversas empresas.

A ello hay que unir la posición, claramente a favor de la privatización, que tiene el grupo Ciudadanos, socio de De la Torre, lo que aumentaría la soledad del alcalde en su estrategia de municipalizar la empresa.

Rebelión en el PP

La rebelión popular frente al alcalde tomará cuerpo en los próximos días o se diluirá a partir de los dotes políticos de De la Torre para convencer a los suyos de las bondades de una municipalización basada en un plan de productividad para mejorar la eficiencia y la eficacia de la plantilla.

El alcalde, mientras tanto, mantiene su hoja de ruta. Consciente de las dificultades que encontrará en su grupo, señaló ayer que «tengo que avanzar más en el consenso». Más allá de Ciudadanos, no va a encontrar problemas en los grupos de la oposición de izquierdas, con los que ya ha tenido contacto «y, en general, ha sido encajado bien; Ciudadanos es un poco más reticente al tema».

De la Torre siguió defendiendo el modelo, pues «al haber más estímulo, al hacer un trabajo mejor y bien el vecino acompañe el esfuerzo del trabajador con más respeto; creando un círculo virtuoso; es un poco experimental pero tengo bastante confianza de que puede funcionar».