La reunión que el alcalde convocó de urgencia el martes por la noche para intentar cerrar filas en torno a la polémica por la municipalización o no de Limasa sirvió para que muchos concejales se soltaran la lengua y perdieran ese temor reverencial que algunos, lo más jóvenes, tenían hacia De la Torre.

Según diversas fuentes, la reunión, de más de dos horas, no fue tensa, ni hubo tirón de orejas a Raúl Jiménez por sus palabras dichas esa mañana, pero sirvió para que el alcalde oyera muchos reproches de boca de sus ediles.

Todos los presentes tomaron la palabra, muchos de ellos para quejarse de «no tener información» de lo que estaba pasando; otros manifestaron sus «dudas» para definirse por un modelo u otro de gestión de Limasa sin tener datos o informes que les permitan formarse una opinión; «ni siquiera tenemos los documentos que han recibido los de la oposición», le recordaron. Incluso le reprocharon que lo poco que conocen está relacionado con el modelo público y apenas nada sobre el privado. Algunos fueron más atrevidos. Es el caso de uno de los concejales más contrarios a la fórmula de la municipalización. Este reconvino al alcalde por adoptar posiciones más propias de los alcalde de Podemos y le espetó: «Ni Kichi, el alcalde de Cádiz, ni Manuela Carmena, en Madrid ni Ada Colau en Barcelona se han atrevido a ir tan lejos con el servicio de limpieza».

Intervino con largueza Raúl Jiménez, para explicar con detalle su posición y sus palabras de por la mañana avisando de que dejaría el puesto si Limasa se convertía en municipal.

Detrás de la actitud de Jiménez y del «pronto» que tuvo el martes, está su profundo malestar con el alcalde por puentearlo y tenerlo al margen de las negociaciones que ha mantenido las últimas semanas con el comité de empresa, para las que utilizó a dos intermediarios. Jiménez no se enteró de nada hasta que ya habían pactado De la Torre y el comité.