Dicen que las casualidades no existen, no así las causalidades. Que la muerte de un hombre bueno, Fred Hunt, llevara a la creación de Cudeca hace veinticinco años no es casualidad, sino una causalidad. Que el actual presidente de Cudeca, Ricardo Urdiales, fuera vecino de Joan Hunt, tampoco. Que ella, en pleno luto, decidiera un día tocar a su timbre para proponerle algo es fruto de los últimos días de padecimiento de Fred, que estuvo ingresado en el hoy extinto hospital de la Cruz Roja, donde Joan pensó en que la muerte de un ser querido debía ser lo más liviana posible, lo que le llevó a plantear que Málaga contara con un hospice, algo más que un hospital.

«Ricardo, tengo que hablar contigo». Esa fue la frase mágica de Joan a su vecino, que ayer, 25 años después, relataba que el germen de la gran Fundación que es hoy Cudeca no existiría de no ser por Joan y Fred.

La celebración del aniversario reunió este martes en las Bodegas El Pimpi a numerosas personas como Ricardo Urdiales; a gerente y directora médico Marisa Martín; el subgerente y director financiero, Rafael Olalla; y articulista de La Opinión de Málaga y embajador de Cudeca Domi del Postigo.

La dedicación de esta británica y su vocación por ir más allá han posibilitado que 13.000 malagueños hayan fallecido sin dolor, rodeados de los suyos y con unos cuidados dignos hasta el final de sus vidas. De hecho,su razón de ser, lo que les hace diferentes, es que se centran más en la faceta personal que en la sanitaria, tanto del paciente como de los que lo arropan y cuidan, su familia.

La fundación pone de relieve con su actividad que no solo se puede aliviar cuidando del dolor, sino que el dolor en sí tiene otros componentes: uno emocional, otro social y otro trascendental, el porqué. Este enfoque es su forma especial de cuidar -su lema- y por lo que ayudan a más de mil pacientes anuales. Cudeca presta atención integral que incluye psicólogos y trabajadores sociales; la mayoría de pacientes son atendidos en casa por médicos y enfermeros, pero cuenta con una unidad de ingresos. En esta unidad de día se dan terapias no farmacológicas que van desde la podología a la fisioterapia, siendo la totalidad de sus servicios gratuitos, tanto en el centro como en los hogares.

Desde 1992 hasta hoy Cudeca ha trabajado sin descanso para hacer realidad el sueño de los Hunt, un verdadero hospice en la Costa del Sol. De los ocho pacientes atendidos en su primer año de vida, de manera altruista y voluntaria, a los más de 1.300 del año pasado atendidos por 70 trabajadores que hacen hoy de esta fundación una institución necesario enla provincia de Málaga.

Por eso en este 2017 la Fundación Cuidados Contra el Cáncer (Cudeca), que en unos inicios pensó en tener el nombre de Santa María de la Victoria a propuesta de la gerente Marisa Martín, han decidido enseñar y demostrar todo lo que saben, de ahí que 600 personas se hayan formado en cuidados paliativos gracias a sus estancias en el centro de Benalmádena. Aún así, el gran proyecto de este año es la creación de un centro específico de formación sobre cuidados paliativos, algo de lo que saben bien Martín y sus compañeros, que ven en la sociedad malagueña un ejemplo de lucha y solidaridad.

Esta entidad, que suma 900 voluntarios y 18 tiendas benéficas, necesita un presupuesto anual de 3,5 millones de euros, dinero que reciben de las ventas en tiendas (945.000), herencias (707.000), la Junta de Andalucía (600.00), donaciones (446.000), actos benéficos (300.000) y bancos (180.000), entre otros. Y es que el sueño de Hunt vale mucho dinero, pero más aún vale lo que hacen por tantos pacientes.