Un hombre de 49 años ha sido detenido en Málaga como presunto autor de un delito de extorsión a una mujer a la que hace un año prestó una cantidad de dinero por la que seguía reclamando unos intereses abusivos, según confirmaron ayer fuentes policiales. La víctima, que fue arrestada el 18 de enero por supuestamente sustraer dinero y joyas en la casa en la que trabajaba y así poder hacer frente a la deuda, dice que por un préstamo de 600 euros ya ha pagado más de 6.000. «Un mes después de pedirlo ya debía 1.200 euros», recuerda el letrado Juan Pedro Rojano, de Rojano Vera Abogados.

La empleada de hogar, que reconoce abiertamente su error y asegura que nunca había hecho algo así, decidió denunciar el martes pasado la presión a la que seguía sometiéndole el usurero. Según la denunciante, durante su comparecencia ante la policía recibió hasta siete llamadas y varios mensajes de voz del prestamista que puso inmediatamente en manos de los investigadores. «Tú paga los intereses, ¿sabes? Si no mañana son 100 euros más. Esto va así. A mí de da igual que algo haya fallado. Esto va para todo el mundo igual. Tú paga los intereses y tienes un mes más ¿eh?», dice el prestamista en una de las grabaciones. «Mañana son 300 euros más los inte (intereses) ¿eh? O 500, para que lo sepas. Y que los des por la mañana, no empecemos a guaquindolear que yo no se lo doy a nadie a un mes, yo lo doy a quince días y a ti te lo doy al mes, ¿eh?», añade después. En otro audio, la presión aumenta cuando le pide que no le haga ir a buscarla a su casa. Apenas unas horas después de comprobar el contenido de los mensajes, los agentes localizaron y detuvieron al hombre.

«Ha sido un infierno», resumió ayer esta mujer a La Opinión de Málaga horas después de saber que el hombre había sido detenido. Aunque reconoce sentirse algo más segura tras conocer su arresto, suplica el anonimato para ella y su familia, ya que algunas de las amenazas que asegura haber recibido durante tanto tiempo han salpicado a sus hijos. También se disculpa: «Nunca en la vida he robado a nadie. Me separé muy joven y he trabajado mucho para sacar adelante a toda mi familia yo sola».

Tras quedarse en el paro, y con una deuda que crecía exponencialmente al antojo de su proveedor, asegura que no aguantó la presión y se vio obligada a sustraer objetos de la casa en la que trabajaba para venderlos y calmar los ánimos del prestamista. Al igual que su abogado, aclara que el valor de lo sustraído no ascendía a los 6.800 euros, como defiende la versión policial, y lo sitúa entre 2.000 y 3.000 euros. La mujer recuerda haber sustraído joyas o dinero cuatro veces en esa casa. En las tres primeras asegura que consiguió que le pagaran en una tienda de compraventa 400, 500 y 300 euros, respectivamente, por los objetos que se había llevado, mientras que en el último intento se llevó una cantidad en metálico que fue recuperada por la policía poco después de que ella saliera de la vivienda.