David Olmos es escéptico, como la ciencia. Cree en los resultados y en el trabajo diarios, aspectos claves para un investigador de nivel. Durante seis años trabajó en uno de los centros más prestigiosos del mundo, The Institute of Cancer Research, donde ostentó distintos cargos. Ahora trabaja en un grupo mixto del CNIO, en Madrid,y el Instituto Biomédico de Málaga (Ibima) de los que codirige la Unidad de Investigación de Tumores Genito-Urinarios, donde trata de dar respuesta al porqué del cáncer y a la predisposición genética a padecerlo.

La incidencia de cáncer actual ya supera las estimaciones hechas para 2020. ¿Viven los investigadores con presión a sabiendas de cuanta gente puede padecer esta enfermedad?

Creo que más que con presión, con responsabilidad. La estadística es importante pero más aún la consecuencia de que nuestro trabajo ayuda a las personas. Es importante saber que la cifra de casos ha aumentado, analizar el por qué, pero no olvidar la cantidad de pacientes que se curan. Antes, los pacientes morían pronto, ahora se puede cronificar la enfermedad y hacerlos largos supervivientes. La estadísticas son importantes, pero el mensaje es que ahora curamos más que antes.

Uno de cada dos hombres padecerá cáncer y una de cada tres mujeres, según datos de estudios recientes ¿Cómo se afronta el futuro así en el laboratorio?

Evidentemente hay que asumir que las condiciones de vida y el envejecimiento hacen que el cáncer sea muy prevalente y por lo tanto, cuando trabajas, tienes que ser muy consciente de que te puede pasar a ti o a un familiar. Pero hay que vivirlo como una motivación, con la responsabilidad de que lo que hacemos tiene que tener sentido. Hay que generar un conocimiento que ayude a los pacientes y a las personas, ojalá muchos no lleguen siquiera a ser pacientes.

Su especialidad es el cáncer de próstata, uno de los más prevalentes y a la vez con mayores tasas de supervivencia. ¿Por qué tiene tanta incidencia?

Es una enfermedad ligada al envejecimiento, los casos aumentan a medida que se envejece. Estamos observando que igual que curamos a muchos pacientes porque se diagnostican antes también estamos viendo más incidencia en personas jóvenes y quizás con presentaciones más agresivas. Se trata de una enfermedad multifactorial, porque aunque esté ligada al envejecimiento, a la genética o a los componentes ambientales, no podemos buscar un sólo factor. Muchas veces los investigadores vemos casos más complicados pero nuestra percepción es que vemos casos en gente más joven. Pero la mayoría ocurren en edad avanzada y se curan. También los varones consultan antes.

Una de sus líneas de investigación es hallar la predisposición genética. ¿En qué medida puede ayudar a los pacientes y a sus familiares?

La investigación de la predisposición o identificación de factores genéticos asociados al cáncer de próstata ayuda a nivel del paciente, donde se identifica porqué esos pacientes, ya identificados, tienen una enfermedad más agresiva, aunque se diagnostiquen en estadios avanzados cuando todavía está localizada las técnicas de tratamiento son insuficientes para curar y eso es también aplicable a otras alteraciones. Además se están desarrollando nuevas formas de abordar la enfermedad de estos pacientes con nuevos fármacos o tratamientos que se usan por separado. También hay un segundo nivel, ayuda a la alteración genética que se ha heredado, si somos portadores de la alteración la podemos transmitir y los familiares van a tener mayor riesgo de algunas enfermedades como cáncer de mama o ginecológico en la mujer o de próstata y otras enfermedades. También sirve para la salud y vigilancia de familiares sanos que pueden haber heredado la mutación. Y ayuda también a comprender en pacientes que no la tienen cómo pueden estar contribuyendo en el comportamiento de la enfermedad que su tumor la adquiera, sirve como modelo para entender mejor otros tumores que en pacientes con otros tumores se comportan de forma agresiva.

Colegas suyos hablan de la inmunoterapia como una de las posibles soluciones ante las enfermedades oncológicas. ¿Qué opinión tiene?

Nosotros hemos hecho alguna cosa pequeña, el sistema inmune es un eje principal en la lucha de nuestro organismo contra el cáncer porque a veces lo adormece. Uno de los pilares es modular para que reaccione y sea capaz de atacar al centro, en cáncer de pulmón, mama y vejiga con nuevos anticuerpos que lo que hacen es despertar al sistema inmune para atacar al tumor. En cáncer de próstata estamos un poco atrás, en el de vejiga si hay más estudios, puede estar bien en años venideros. Pero desde luego va a ser un pilar del tratamiento para muchos pacientes.

¿Por donde hay que atajar el cáncer? ¿Detección precoz o curación?

Lo ideal sería no desarrollar el cáncer. El hito es identificar las causas, mejorar el estilo de vida, intervenir allí donde hay que hacerlo para evitar que surja, pero no somos eternos, nuestras células envejecen, no existe la fuente de la juventud eterna que renueve nuestras células, hay que seguir invirtiendo y sumando fuerzas para curar y para identificar tumores en fases más tempranas para curar. El diagnóstico precoz a veces es un arma de doble filo, porque muchas veces en próstata los que identificamos no hubieran necesitado tratamiento. Dentro de la palabra cáncer no todo es blanco o negro, hay escalas, y en próstata sabemos que estamos causando en una enfermedad poca agresiva secuelas. Hay personas que pueden morirse mayores y sin haberse enterado ni haber tenido síntomas de que tenían un cáncer de próstata.

Uno de sus objetivos es que no se sobretrate o infratrate a pacientes. ¿Habría que ir más en esa dirección?

El reto está en clasificar mejor la enfermedad y distinguir ya no solo técnicas convencionales, sino que en los que estemos tratando sepamos más. Hay pacientes a los que por sus características pronosticas se les hace cirugía o radioterapia, pero no sabemos si se hace mejor una cosa u otra. ¿Hay que operar? ¿Qué elige el paciente? Lo que hay es que saber qué es suficiente para saber qué hacer y no infratratar o sobretratar.

¿Cree que algún día dejará de usarse la quimioterapia?

Yo creo que seguiremos mejorando en cómo usarla. Hace diez años utilizábamos la quimioterapia peor, ahora lo hacemos mejor, porque también se va modernizando. Tenemos inmunoconjugados, un anticuerpo que hace de llave y nos transporta directamente al tumor. La radioterapia igual, permite que sea más precisa y que la dosis curativa se haga sobre el tejido para reducir al máximo el daño en los tejidos sanos. No creo que prescindamos de la quimioterapia, sino que aprenderemos a usarla mejor y esto irá aparejado al desarrollo tecnológico. La quimioterapia citotóxica es el tratamiento que hasta ahora ha curado más cáncer, sigue siendo imprescindible y la seguiremos utilizando cada vez mejor, de forma más efectiva y menos tóxica. Hay muchos mitos que desmontar sobre su toxicidad.

¿La medicina personalizada es el futuro?

Bueno tiene que ser el futuro pero también el presente, pero esto es algo conceptual. Hoy en día, y de siempre, se trata individualmente al paciente, quizás el término moderno de usarlo es el aplicar técnicas que nos permitan conocer y elegir en un abanico más amplio de tratamientos. Evidentemente es el futuro, seleccionar los tratamientos con más posibilidades en base a un mejor entendimiento contra el tumor y en función de los fármacos disponibles. Pero la medicina personalizada es algo que hacemos todos los días en la consulta, sería un error seguir el libro al pie de la letra. Hay muchos detalles en el día a día que demuestran que realmente estamos personalizando el tratamiento a cada paciente, pero el término que tanto se usa, el trending topic, es aplicar las tecnologías modernas a cada paciente y con el mejor entendimiento seleccionar el tratamiento más adecuado para cada paciente en el momento más adecuado para darlo.

¿Cree que el cáncer llegará a erradicarse o al menos a ser una enfermedad más? Y si es así, ¿cuándo?

Creo que seguiremos mejorando mucho en los resultados, pero no se puede eliminar algo que surge del hecho de que envejezcamos. Pero sí tenemos el gran reto de disminuir la incidencia, sobre todo en edades jóvenes donde hay años perdidos y donde el impacto social y económico es mayor. Seguiremos teniendo incidencia de cáncer como parte del envejecimiento de la población. Conseguiremos cronificarlo y curar más, en eso trabajamos.