Por primera vez en su larga historia y si un acuerdo previo no lo remedia, los bomberos de Málaga irán a la huelga. Será en unos quince días, a partir del 20 de febrero, cuando el paro se inicie. Este es el plazo que necesitan para registrar legalmente la convocatoria y negociar los servicios mínimos.

En la mañana de ayer martes, una amplia mayoría de la plantilla de bomberos (más de 200) acordó por unanimidad convocar una huelga indefinida en defensa de sus reivindicaciones. Como se esperaba, tras 40 días de un encierro infructuoso, los bomberos han decidido elevar el nivel de su protesta convocando ese paro indefinido, según confirmó el portavoz del Sindicato Andaluz de Bomberos (SAB), Andrés Millán

El órdago no se queda ahí, los bomberos aprobaron igualmente una medida más drástica como es el inicio de una huelga de hambre de todos los miembros de la plantilla. Esta medida de presión se toma a más largo plazo ya que los bomberos aplazan su comienzo al 1 de abril para dar tiempo a una negociación con el Ayuntamiento que permita sacar adelante sus reclamaciones. En caso contrario, la huelga de hambre de toda la plantilla sería una realidad.

Unas reclamaciones que desde esta mañana tienen un punto más: retirada de los expedientes disciplinarios abiertos a dos bomberos y los que pudieran abrirse en los próximos días. Junto a ella, las reivindicaciones por las que llevan encerrados desde el 29 de diciembre: un nuevo organigrama de trabajo, constitución de una mesa de trabajo que fije la reclasificación, un nuevo reglamento y regularización de las jornadas de trabajo, más la exigencia de dimisión o cese del jefe del cuerpo, José Cruz.

La asamblea de ayer incorporó una nueva exigencia al capítulo de reclamaciones: que se retiren los dos expedientes disciplinarios abiertos hasta ahora a dos jefes de parque y los que pudieran abrirse en los próximos días. «Se están abriendo expedientes disciplinarios, y no estamos dispuestos a admitir que se negocie todo y los compañeros se queden con los expedientes».

El portavoz del SAB explicó que, pese a la huelga, «la ciudad puede estar tranquila pues pactaremos unos servicios mínimos que permitan que todas las posibles emergencias que se produzcan queden cubiertas por los bomberos, para que los ciudadanos no queden desasistidos».

Del mismo modo, acordaron preparar un fondo de contingencia para cubrir los posibles gastos que acarree una suspensión de empleo y sueldo de los expedientes disciplinarios, así como para costear abogados y asesores en la materia.

Por último, Millán apuntó que el concejal de Seguridad, Mario Cortés, «ha salido en prensa mintiendo bajo nuestro punto de vista», en referencia a la reunión informal que mantuvieron representantes del cuerpo con el edil para retomar la negociación. «En un principio, parecía que todo iba bien, pero cuando se había reunido con el director de Personal dijo que no se negociaba nada hasta 2018», apostilló, criticando que «nos ha estado engañando».