­La petición esta semana de la Asociación en Defensa de las Chimeneas y el Patrimonio Industrial de Málaga de que los antiguos talleres de Renfe se rehabiliten para uso social, cultural o deportivo ha provocado una disputa entre la propietaria, Adif, y la Junta de Andalucía sobre quién debe arreglar este edificio de comienzos de siglo, junto a la estación de tren María Zambrano.

En una nota de prensa, Adif, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias dependiente de Renfe, mostró esta semana su malestar a La Opinión por lo que consideran falta de cumplimiento de la Junta de Andalucía, a raíz del retranqueo del edificio en 2010 por las obras del metro.

«Adif había proyectado rehabilitar la nave de locomotoras de Málaga, con una superficie construida de 3.161 metros cuadrados y convertirla en un área de oficinas», explican esta nota, que señala que el proyecto tuvo que pararse «porque la Junta de Andalucía inició un expediente expropiatorio de parte del terreno que ocupa la nave para poder realizar las obras del metro».

En este expediente, informa la nota, «bien la Junta o bien Metro de Málaga se comprometían a rehabilitar la fachada exterior de la nave y dejarla como estaba antes de reducir sus dimensiones o bien a abonar la cantidad económica necesaria» para que Adif hiciera la obra, además de la indemnización, que sigue pendiente de recibir por Adif.

Fuentes de Adif explicaron a este periódico que volver a colocar los materiales retirados por el retranqueo costaría unos 400.000 euros. Sin embargo, subraya la nota, «nunca ha llegado a materializarse a pesar de los numerosos requerimientos de la Gerencia de Patrimonio Sur de Adif a Junta y Metro de Málaga» y tampoco la alternativa de que «nos transfieran el dinero para que nosotros hagamos la rehabilitación». La nota recalca que «en ningún caso se acordó que Adif volvería a rehabilitar la nave en solitario».

Por todo ello, la nota advierte que, «ante el silencio de la Junta de Andalucía, Adif lo único que puede hacer es poner el tema en manos de sus servicios jurídicos y mientras la nave sigue deteriorándose».

Fuentes de Adif señalaron además que, una vez rehabilitado, este edificio, durante años el Centro de Exposiciones Sur, podría ser utilizado como oficinas de Adif y Renfe, «o bien cualquier otro uso compatible con el edificio, en función de sus características».Respuesta de la Junta

El punto de vista de la administración autonómica no coincide en absoluto con el de Adif.

Un portavoz de la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía declaró esta semana a este diario que no existe ningún tipo de convenio «entre la Junta/Metro de Málaga y Adif» sino en una autorización de obra, en la que «se recogía expresamente como requisito de Adif la reposición mediante lona cerramiento provisional, pero no la restitución de la fachada».

Además, las mismas fuentes recuerdan que el administrador ferroviario pidió a la Junta que conservara y numerara los sillares de piedra retirados de los antiguos talleres, «para que, una vez ellos actuasen dentro de la nave, poder hacer un edificio de oficinas» que incluiría estos elementos.

«La pretensión de Adif, conforme a las autorizaciones de obra eran claras: Metro de Málaga desmonta y apila la fachada y no la repone», recalcan estas fuentes, que niegan por tanto que existe incumplimiento de lo acordado.

La Asociación en Defensa de las Chimeneas y el Patrimonio Industrial de Málaga recuerda que la nave, que carece de protección arquitectónica en el actual PGOU, perteneció a la histórica Compañía de Ferrocarriles Andaluces, uno de cuyos fundadores fue Jorge Loring. Como destacó el pasado martes el socio e historiador del Patrimonio Industrial, Antonio Guzmán, «el edificio es espléndido para cualquier tipo de uso: social, cultural, incluso deportivo».