Echaron a especies tan autóctonas como el gorrión y se han instalado en parques y paseos haciendo suya la ciudad. Se caracterizan por su insistente canto, que solo cesa cuando se van a dormir, algo que hacen hacinadas en grandes nidos, de decenas de kilos de peso que podrían suponer un peligro para los viandantes.

La cotorra argentina llegó siendo una mascota a comienzos de la década de los 80 y hoy se ha convertido en uno de los principales problemas del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Málaga, que en el pleno del pasado 26 enero propuso una moción en la que pedía a la Junta de Andalucía un papel «más activo» en la gestión y control de estas coloridas aves. La Delegación de Medio Ambiente de la Junta, por su parte, respondió a esta petición afirmando que todas las competencias corresponden al Consistorio y que las normas que establecen en torno a la regulación de estos animales «son orientativas». Asimismo, aseguran que estudiarían colaborar con la corporación municipal si se lo solicitan.

«Hay muchísimas. Málaga está inundada», explica la presidenta de la Asociación de vecinos de Churriana, Inmaculada Viñolo, que hace aproximadamente dos años fue testigo de la eliminación de dos nidos de gran tamaño en las inmediaciones del colegio Ciudad de Jaén. La vecina señala que los principales problemas que presentan este tipo de pájaros procedentes de las zonas templadas y subtropicales de Sudamérica son su hambre voraz, el ruido que generan y su rápida reproducción. «Se asientan en cualquier lugar donde hay árboles con frutos y se los comen y además atacan», explica Viñolo que insiste en que la falta de alimentos ha provocado que especies como los gorriones hayan desaparecido.

Según el informe de la Asociación SeoBirdLife en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en 2015 Málaga era la tercera ciudad de España más afectada por este tipo de especie, solo por detrás de Madrid y Barcelona, y cifró en 839 el número de nidos y en 2.468 el número de ejemplares que había en la provincia . Zonas como la Alameda de Colón o el Paseo del Parque son solo algunos de los espacios que han sido conquistados por estas aves que, año a año, van incrementando su población. «En el Parque de Málaga en el año 2000 no había ninguna y ahora lo han ocupado de forma total», asevera el profesor de Biología en la Universidad de Málaga y miembro de la asociación, Antonio Román.

Para la responsable de la protectora de animales de la capital, Carmen Manzano, el apetito de estos animales es uno de los principales problemas para el resto de pájaros de la ciudad. «No son violentos pero sí es cierto que son animales muy voraces y el hecho de que se reproduzcan tan rápido no ayuda», explica. Para ella, la solución no está en acabar con estos animales sino en verter pienso anticonceptivo. La razón del incremento de este tipo de pájaros, explica, podría estar en la «desnaturalización de la fauna», que también afecta a otras especies como las gaviotas que han ocupado vertederos o parques.

La llegada a la ciudad

Los primeros rayos de sol las despiertan e inician su día. «A las seis de la mañana hacen un ruido que no se puede soportar», dice Ramón Ríos, miembro de la Asociación de Vecinos Parque Litoral. Por su parte, la presidenta de la Asociación de vecinos El Palo, Mercedes Pirez, afirma que a pesar de que ha notado un incremento del número de cotorras argentinas en el paseo marítimo o en las palmeras que componen la zonas verdes de la playa, «noto más la presencia de las palomas». «Es cierto que las cotorras hacen ruido pero más ruido hacen los coches», se queja.

Hay muchos tipos de teorías sobre cómo llegaron las cotorras a Málaga. Inmaculada Viñolo dice que hay rumores de que tras el cierre del parque ornitológico que había en El Retiro dejaron escapar a varios ejemplares de estas aves.

«Las cotorras argentinas están aquí porque las trajeron para venderlas como animal de compañía», explica el biólogo Antonio Román que añade que, por descuido o de forma voluntaria, estas aves pasaron a formar parte del paisaje de la ciudad. «Se trata de una especie que no tiene predadores y que están criando prácticamente todo el año», dice Román, que lleva años trabajando en el estudio de estas aves. El experto sostiene que se debe actuar con rapidez especialmente en zonas con árboles frutales como Coín donde «podrían causar importantes daños económicos». En 2016, las colonias más numerosas como las que hay Carranque o en el Campo de Golf, siguieron creciendo y «en el Parque de Huelin suelen concentrarse más de 300 aves a diario». El Real Decreto 630/2013, del 2 de agosto, establece que la cotorra argentina está incluida en el catálogo español de especies exóticas invasoras suponiendo una de las más graves amenazas para la conservación de la biodiversidad. También están en esta lista otras especies como la cotorra de kramer, que el pasado año sumaron un total de 65 en la capital, 15 en Vélez-Málaga. También se detectaron algunos ejemplares en Fuengirola o Marbella. «Con la cotorra de kramer estaríamos a tiempo de actuar», comenta Antonio Román, que contabilizó en 2016 un total de 39 aves exóticas diferentes en la provincia, entre las que se encuentran algunos ejemplares procedentes de África, además de invertebrados como el mejillón cebra, el mosquito tigre o el picudo rojo de las palmeras.

La cotorra argentina

La cotorra argentinaUna especie fuerte capaz de adaptarse al entorno

La cotorra argentina, también conocida como Myiopsitta monachus, proviene de las zonas más templadas y cálidas de Sudamérica. Son considerados animales muy inteligentes que desarrollan la mayor parte de su vida en sociedad pudiendo construir nidos en los que duermen hasta 20 parejas junto a sus crías. Viven entre 15 y 20 años y se adaptan fácilmente a cualquier entorno.