Era cuestión de tiempo. Después de no haber podido asistir a la inauguración del Museo de Málaga, Felipe VI ha aprovechado la inauguración del Foro Transfiere para, acto seguido, dirigirse al Centro Histórico y visitar las obras expuestas en el edificio de La Aduana. Había en la puerta un centenar de personas aguardando la llegada del monarca. En plena espera, algunos se han atrincherado en elogios a la bandera nacional. En general, personas de avanzada edad mezclados con un grupo de estudiantes que han preferido ver al ilustre visitante antes que ir a clase. A las 12.15 ha firmado su entrada el monarca y ha saludado sin evitar el contacto. "Majestad, somos españoles" y "viva el Rey" han sido algunas de las interacciones.

Acto seguido, el monarca ha sido recibido por la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y por la consejera de Cultura, Rosa Aguilar. La variedad de autoridades que han acompañado a Felipe VI se ha completado, entre otros, por el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, el subdelegado en Málaga, Miguel Briones y el presidente de la Diputación, Elías Bendodo. Por parte municipal, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha sido el encargado de receptar al monarca.

La primera parada, en un recorrido cronometrado al milimetro, ha servido para que Felipe VI pudiera ver de cerca las figuras de piedra procedentes del Museo Loringiano. La combinación de elogio y conocimiento la ha puesto Susana Díaz, a quien se ha visto siempre cercana al Rey.

La llegada al cuadro de Enrique Simonet, 'Y tenía corazón', ha desvelado, por si había alguna duda, cuál es la pieza estrella del museo. Con un cuadro que jalea dolor, Felipe VI se ha quedado un buen rato absorbiendo las expresiones. Cada ciudad va con su país a cuestas. Este miércoles Felipe VI ha podido conocer algo más del legado de Málaga. En mitad de los habituales empujones y codazos para hacerse con algún material factible, la comitiva se ha retirado luego al patio central del edificio para disfrutar de un piscolabis a puerta cerrada.