Si hay una empresa que salió ayer especialmente satisfecha de entre todas las que participan en el Foro Transfiere ésa fue la firma aeronáutica malagueña Aertec, que vio cómo el rey Felipe VI se paraba durante unos minutos en su expositor para interesarse por su nuevo modelo de avión no tripulado, el Tarsis 75. La parada del monarca en el stand de Aertec fue la única que realizó en el caso de una empresa privada, ya que el escaso tiempo del que disponía Felipe VI tras la inauguración del foro (tenía que salir casi de inmediato a la Aduana para visitar el Museo de Bellas Artes) motivó que su recorrido se redujera a algunos expositores institucionales.

El director general de Aertec, Antonio Gómez Guillamón, se mostraba «completamente encantado» tras el paso de la comitiva real y destacaba el gran conocimiento de Don Felipe en cuestiones de aeronáutica, algo que dejó sorprendidos a muchos de los presentes.

«Ha hecho varias preguntas técnicas respecto al avión: de qué clase era, su autonomía de vuelo... Estaba muy interesado. Es una persona que conoce y entiende, ya que tiene formación militar de piloto», afirmó a este periódico Gómez Guillamón. El avión, de 75 kilos de peso, está diseñado al 100% en Málaga y será comercializado por la empresa entre instituciones de todo el mundo para realizar tareas en el ámbito de la Defensa y la Protección Civil, tanto en zonas de emergencia como de conflicto. A la espera de que llegue al mercado, los responsables de Aertec bromeaban ayer con el «espaldarazo» mediático recibido gracias al paso de Felipe VI por el stand.

Otra persona que se mostraba muy satisfecha con la visita del Rey al Transfiere era el presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) y de Andalucía (CEA), Javier González de Lara. «Es una magnífica oportunidad, un gran escaparate para Málaga que la pone en la órbita de los ecosistemas de innovación. Para Málaga es un golpe de autoestima y entusiasmo que venga el Rey a decir: 'Estamos con vosotros y con los empresarios'. Aunque también me ha gustado mucho que haya tocado los temas que hay pendientes por hacer», apuntó.

Por cierto que la anécdota de la visita del Rey al Transfiere se produjo en el momento en que iba a dar el discurso inaugural. Antes de subir al estrado, el personal del evento procedió a retirar la tarima que había detrás del atril y que había sido usada por los anteriores intervinientes, algo que motivó sonrisas entre el auditorio. A Felipe VI, que mide 1,97 metros, no le hacía ninguna falta. Cuando el Rey llegó al escenario respondió con un gesto cómplice a los presentes.