Las seis y media de la mañana y los operarios de Limasa suben a sus camiones. Aunque no se ha ampliado el número de efectivos por los efectos de la fuerte tromba de agua que cayó durante la madrugada del domingo, varios trabajadores confiesan que les han reestructurado para hacer frente a la limpieza de zonas como El Palo, Pedregalejo o El Limonar. En los Baños del Carmen se encuentra uno de los responsables del mantenimiento de los cubos de playa. "En los Astilleros hay 8 cubos destrozados", dice y señala los que está comprobando. "Los de los Baños del Carmen están bien porque la pasada semana los cambié de sitio", asevera.

Mientras en el interior del restaurante varios trabajadores se afanan en que todo vuelva a la normalidad. José Luis Ramos es uno de los propietarios del establecimiento donde, en la madrugada del domingo, había 400 personas disfrutando del concierto de 'Free Soul Band'. Ramos estima en más de 150.000 euros los daños del temporal en su local que vio como se caía una de las carpas donde, horas antes, los clientes habían cenado. "Había un gran problema y es que aquí confluía el agua que venía de Cerrado de Calderón y la que venía del Centro de la ciudad", dice. La evacuación duró menos de 30 minutos. "Tuvimos suerte porque teníamos las luces de emergencia y nos iluminaban los focos que habían caído de la carpa", señala. Este domingo se recogieron cerca de 4.000 kilos de agua cuando los operarios acudieron a retirar los restos que quedaban del toldo. Asimismo, la lluvia ha destrozado los bloques de más de 20 centímetros de grosor que había a las puertas del Balneario. "Para mí lo importante es que la gente saliera ilesa", sentencia Ramos.

Cerca del mediodía algunos de los propietarios de los puestos del Mercado de El Palo retiran el agua de sus locales. José Rodríguez acaba de recoger 5 cubos. "Los diferenciadores se han mojado y tengo la vitrina parada porque le ha entrado agua", dice. Antonio Flanquelo es dueño de una carnicería. Él asegura que el problema es que las canaletas que discurren por encima de sus cabezas son demasiado estrechas. "Ya pasó hace seis años. El agua cae del techo. Esto no tiene arreglo", dice. Los dueños de la freiduría Salvador Lucas también se han visto afectados. "No tenemos luz y en los fluorescentes hay agua", dice señalando al techo. Muy cerca, en el párking municipal de El Palo aún quedan zonas encharcadas.

En la calle Flamencos, en Cerrado de Calderón, ya han vuelto la luz y el agua. Sin embargo, aún no hay rastro del gas y de la línea de teléfono. Varios técnicos de Telefónica apuntan que en dos días volverán a restablecer el servicio. La presidenta de la comunidad de vecinos del edificio Parque, el más afectado por el socavón de 25 metros que provocó la caída de tres vehículos el pasado fin de semana, Ana Vigar asegura que el Ayuntamiento ha desalojado a tres vecinos y espera que la normalidad pueda volver pronto a sus hogares. "Lo más difícil ahora mismo es estructurar el tráfico y establecer vías alternativas de paso. Excepto las tres viviendas más afectadas, el resto de vecinos estamos bien", explica.

Los jóvenes Carlos Moya y Alejandro Zaragoza siguen atendiendo a los medios de comunicación. Los dos malagueños se precipitaron con su vehículo y cayeron al socavón el pasado sábado. La madre de Alejandro, Belén aún no cree lo que ha pasado. "Aún estoy conmocionada", asegura.