Por una parte las escorrentías abundantísimas registradas en la capital por las lluvias torrenciales del pasado domingo y todo lo que éstas han arrastrado. Por otra, el temporal marítimo que sacude el litoral desde este fin de semana y que, al menos, no remitirá hasta mañana, con olas que superan los cuatro metros de altura. Son dos de los más importantes enemigos que tienen las playas. Sus efectos provocan muchos daños que están siendo evaluados por los técnicos de la Demarcación de Costas y que obligarán a hacer obras de regeneración también en La Caleta o La Malagueta, dos playas de la capital que se sumarán al plan ya aprobado por el Gobierno tras las inundaciones del 4 de diciembre, para lo que ya existe una partida presupuestaria de 4,1 millones de euros, con el objetivo de que todas estas instalaciones están listas para recibir turistas en Semana Santa.

Este dinero, según indica el jefe de la Demarcación de Costas en Málaga, Ángel González, "nos va a permitir atender la situación de las playas dle literal con solvencia". Sin embargo, aún es pronto para evaluar los desperfectos que puede provocar el oleaje de estos días. En caso de que sea necesario, González no muestra ninguna duda de que se aumentarán las inversiones para recuperar el perfil de las playas y eliminar cahorros y bermas en la arena. "Ya conocíamos el panorama, pero es cierto que el episodio de inundaciones registrado en la capital durante el fin de semana ha provocado daños en playas que antes estaban bien y que se han visto muy afectadas y esto nos obligará a modificar nuestra planificación", admite González.

El jefe de Costas explica que es probable que sea necesario focalizar nuevas inversiones para arreglar estas playas, "aunque todo dependerá de cómo evolucione el temporal que todavía persiste en el litoral". Del mismo modo, habrá que estudiar aportes suplementarios de arena en algunos puntos.

Cuando pasen unos días, los técnicos de Costas también comprobará de qué manera el mar y el oleaje devuelve arena a la playa. Para ello González recuerda que en invierno lo natural es que las playas sean más cortas y tengan más pendiente. "Cuando hablamos de que tienen que estar bien antes de Semana Santa nos referimos siempre a la anchura media de esta época del año", explica. Y, por supuesto, que no se acumule en la orilla ni cañas ni otro tipo de suciedad arrastrada por las escorrentías o descalces. "Tenemos una cantidad para toda la franja litoral de la provincia. Teníamos una primera programación pero la tormenta del domingo en la capital nos obligará a modificarla para incluir obras de emergencia tambien en estas playas".

El temporal marítimo está registrando olas de cuatro metros de altura de media. "No es que sea realmente extraordinario pero sí está siendo largo en su duración y esto puede producir movimientos y basculamientos de las playas".

Solo hay previsto un espigón en los Baños del Carmen

Los Baños del Carmen han sufrido también la especial virulencia de la tormenta, por un lado, y de los fenómenos costeros que se registran desde hace días. Damián Caneda, uno de los propietarios del restaurante recuperado en el recinto que se adentra en el mar, recordaba la necesidad de construir dos espigones en poniente y levante que sirvieran de protección. Ángel González aclara que el proyecto para acometer un espigón en la zona de poniente ya está hecho y en trámites en la Dirección General de Calidad y Evaluación ambiental.

Sin embargo, para los temporales de levante lo que estaba previsto era el derribo del edificio y subir la cota para que dejara de ser inundable. «Pero como el Ayuntamiento ha protegido el edificio ya no se puede tirar», explica el jefe de la Demarcación de Costas. «Cuando el agua se encrespa pasa lo que pasa y la única solución pasa entonces por que se levanten muros por levante y frenen la fuerza de las olas», concluye Ángel González.

No obstante, Damián Caneda ya aclaraba el lunes, mientras los trabajadores del restaurante se afanaban en las labores de limpieza de la terraza para poder abrir el restaurante interior al mediodía, que el diálogo con la Junta es «sordo» y de esta administración depende la autorización para construir un muro que sirva para contener la furia de los temporales. «La Junta de Andalucía no quiere tener ningún contacto oficial con nosotros», se lamentaba.