Atento a todos los detalles, como aperitivo de su invento, Antonio Manzanares, delineante jubilado, muestra un sencillo método para que los invidentes puedan reconocer el color de los globos: «Si pide un globo amarillo, tiene un nudo; si es azul, dos; el rojo, tres... y así hasta seis colores», cuenta.

Pero el primer plato de su creación es un círculo cromático, «de forma que los invidentes puedan tocar un lienzo en un museo, en el que sepan cada parcelita de color que tiene», explica. Como detalla, «la propia ONCE no tiene un círculo cromático». Su propuesta consiste en limitar las parcelas de color de cada cuadro con unos puntos continuos en relieve e incluir dentro, siempre en relieve, además de una o dos letras con las iniciales de cada color (A, por amarillo; Az, por azul...), la transcripción en braille de esas letras.

«Los invidentes no conocen el alfabeto, cómo son las letras, sería una manera de que lo conocieran», señala. Y como la paleta de colores es tan amplia, propone que cada color, además de por la letra, vaya acompañado si se tercia por el signo más o menos, y números hasta el dos, para medir la intensidad de color. Así, un verde muy intenso se escribiría Ve+2, pone de ejemplo.

Antonio Manzanares, que cuenta que en el Museo Miró de Barcelona se ofrece un método parecido para ciegos, expone esta semana su propuesta en el Centro Cultural Antonio Beltrán Lucena de Campanillas, y su propósito es mostrarlo en todos los distritos de Málaga. Junto al círculo cromático, también incluye un alfabeto para ciegos, que ha llamado Alfabeto Manz y que como adelantó La Opinión en enero del año pasado, está basado en las fichas del dominó y permitiría comunicarse a los ciegos de una forma más sencilla que el braille, «sólo con el tablero numérico con los números del 0 al 6», destaca su autor.

«Sólo un 10 por ciento de ciegos en Málaga conocen el braille, es muy complicado», cuenta. Este antiguo maestro delineante de Obras Públicas ya ha mostrado su alfabeto a la ONCE.

Además, aparte de estas propuestas para ciegos, en el centro cultural expone un alfabeto ovoidal, que ha ideado para que los niños aprendan con más facilidad las letras del abecedario.