Vivimos tiempos en los que se echa de menos la naturaleza. Después de años de desarrollismo en la construcción de ciudades, sentimos que necesitamos lo verde: mucha gente vuelve al campo los fines de semana o vacaciones y el senderismo vive sus días dorados. No basta con el cemento y la tecnología para vivir, tenemos que volver a nuestros orígenes en contacto con plantas y animales, aunque sólo sea para escuchar a los pájaros o cultivar nuestros propios alimentos si es posible.

También se echa de menos la vecindad perdida en la indiferencia de las personas que nos rodean, que aun viviendo cerca van a lo suyo sin interesarse por los demás, o incluso en algunos casos molestan con conductas poco cívicas. Afortunadamente, campañas como «Málaga como te Quiero» y programas como el Banco del Tiempo que impulsan el Ayuntamiento de Málaga tratan de acercar a las personas, fomentando su conocimiento y el intercambio de experiencias así como el respeto por el entorno que nos rodea.

Es por tanto momento de reivindicar el lugar del ser humano y de la naturaleza, de conocer a nuestro vecino, de sacar tiempo para nosotros y para los otros, buscar el contacto con las plantas, oler nuestros jardines, escuchar las olas del mar. Vivimos atolondradamente, inmersos en las pantallas móviles y televisión desaprovechando esos momentos más primarios de los que está hecha la vida.

En Málaga hay rincones naturales por descubrir como el Jardín de Gamarra, un espacio coqueto de verdadero encuentro vecinal rodeado de naturaleza. Un proyecto que inició un grupo de vecinos y vecinas en una parcela municipal en desuso que se unieron formando la Asociación Jardín de Gamarra, entidad que gestiona el espacio desarrollando actividades grupales de manualidades, reciclaje, jardinería, huerto, taichí e inglés. Un lugar recogido y natural de comunicación entre personas y de éstas con las plantas.

Aunque son los huertos urbanos los que están de moda, aquí hablamos de un jardín vecinal, donde además de lechugas y hortalizas se cultivan plantas ornamentales que dan flores y olores, sombras y formas. El jardín es una herramienta para invitar a las personas a sumergirse en la naturaleza, conectarlas con la tierra y lograr con un trabajo colectivo crear un espacio de biodiversidad sin productos químicos que alteren esa naturaleza, procurando lograr un equilibrio ecológico, como diría Miguel Ángel Altieri, personalidad mundial en este tema, creando un faro de agroecología en el barrio de Nueva Málaga, que con la formación y la práctica ciudadana ilumina la convivencia y nuestra relación con el medio ambiente.

El Premio «Málaga Voluntaria» en la modalidad Protección del Medio Ambiente con el que la Asociación Jardín de Gamarra ha sido galardonada anima a nuestro colectivo a seguir por el sendero ya iniciado. Queda mucho por hacer y plantar en este jardín, pero ya se ha iniciado el camino y con el agua, la tierra, el Sol y nuestra ayuda lograremos el resto.

*Maldonado es secretario de la Asociación Jardín de Gamarra