Un jurado popular juzgará desde este lunes a un hombre para el que la Fiscalía de Málaga solicita 37 años de cárcel, al acusarlo de estrangular a una mujer que ejercía la prostitución y de la que era cliente, tras lo que quemó la vivienda; todo eso, supuestamente, con la intención de robarle y poder pagar las deudas que tenía con otras personas.

Los hechos sucedieron en enero de 2016. Según las conclusiones provisionales del fiscal, a las que ha tenido acceso Europa Press, el acusado decidió sustraerle el dinero a la víctima para lo que contactó telefónicamente con ella y concertó una cita, ya que la mujer solo abría la puerta a sus clientes. Así, "dada la relación de confianza entre ambos", cuando el hombre llegó se pusieron a comer.

Tras esto, mantuvieron relaciones sexuales, practicando la asfixia erótica, según señala la acusación pública, para lo que el acusado, supuestamente, le colocó una correa de perro en el cuello. "Aprovechando estas circunstancias, que impedían a la mujer cualquier posibilidad de defensa, procedió a estrangularla", asegura el ministerio fiscal.

Tras esto y registrar toda la vivienda, supuestamente "se apoderó del dinero allí existente y cuya cuantía se desconoce" y para borrar cualquier vestigio que le pudiera incriminar quitó la tarjeta del teléfono, llevó a la víctima a la bañera, que llenó de agua, y la dejó allí. Asimismo, prendió fuego al colchón de la cama del dormitorio.

El incendio se extendió por toda la casa y también por la escalera comunitaria y por una vivienda del piso superior, "con el consiguiente riesgo para la salud de los moradores de los demás pisos del edificio". El dueño del inmueble que tenía alquilado la víctima ha sido indemnizado por la aseguradora, pero se produjeron daños en las zonas comunes del bloque.

Por estos hechos, el fiscal acusa al procesado de un delito de asesinato en concurso medial con robo con violencia, y otro de incendio, solicitando 25 años de prisión por el primero y 12 años por el segundo. Asimismo, se pide que indemnice a los familiares de la víctima, que tenía marido y dos hijos, con 100.000 euros.