«Cuando investigué la vida de Bernardo de Gálvez me llamó mucho la atención el que los ingleses no atacaran la retaguardia local desde el norte, desde Canadá», confiesa Cristóbal Tejón.

Este policía nacional, nacido en la Línea en 1979 aunque con las raíces familiares en Fuengirola, reunía documentación para La libertad de los valientes, la novela histórica sobre Bernardo de Gálvez que publicó a finales de 2014, cuando se topó con la respuesta: Fernando de Leyba y Córdoba (1734-1780).

Los ingleses no pudieron atacar a Gálvez por la retaguardia porque en mayo de 1780 los frenó este militar nacido en Ceuta, aunque descendiente de una conocida familia antequerana. Y lo hizo con sólo 20 soldados y una escueta milicia ciudadana en San Luis -la que hoy es capital del estado norteamericano de Misuri- frente a 1.500 efectivos entre soldados británicos, indios y comerciantes franceses deseosos de hacerse con el comercio de pieles de la zona.

La hazaña, desconocida para muchos los españoles, la cuenta en La llave olvidada, su nueva novela histórica, que acaba de publicarle la editorial Alhulía.

«Me gusta escoger historias interesantes e inéditas», cuenta el autor, que comenzó escribiendo novela negra porque, como reconoce, «al ser policía nacional y además judicial, tengo un material literario tremendo; de hecho he estado en sitios que la gente suele ver en las películas». Por eso, su primera novela tuvo como protagonista el narcotráfico en el Estrecho y la segunda, la Operación Algeciras, en plena Guerra de las Malvinas, el frustrado plan de un comando argentino de sabotear en el Estrecho los barcos de guerra británicos.

Y estando en una firma de libros, cuenta que alguien le habló de Bernardo de Gálvez, «al que no conocía, como la gran mayoría de los españoles, y de ahí su contacto con la asociación malagueña Bernardo de Gálvez para conseguir documentación.

Para escribir La llave olvidada, ha contado con la asesoría en cuestiones militares del general Alberto Ruiz de Oña y en el aspecto histórico, con la ayuda de Martha Steinkamp, Carolina Crim y sobre todo, con la de la investigadora norteamericana afincada en Sevilla Kristine Sjostrom, que lleva 12 años rescatando la figura de este militar. Cristóbal Tejón quiere reconocer la generosidad de esta investigadora, «porque aceptó muy bien el proyecto y además, ilusionada porque ha visto el producto final».

Fernando de Leyba fue nombrado en 1778 por el propio gobernador de Luisiana Bernardo de Gálvez, gobernador del alto Misisipi, con capital en San Luis. Y en la primavera de 1780, «con 20 soldados regulares y una milicia, prácticamente de población francesa, poco preparada», frenó a los ingleses, que no pudieron tomar la ciudad, explica Cristóbal Tejón.

Leyba estuvo al frente de los 20 soldados, en una torre defendida con cañones, mientras que hizo construir una empalizada de madera alrededor de la ciudad, resguardada por la milicia. Los británicos se retiraron. Leyba, que luchó enfermo, «murió días después de agotamiento».

Cristóbal Tejón confía en haber puesto, con La llave olvidada, un nuevo grano de arena en la difusión del papel de España en la independencia de los Estados Unidos. Primero con Bernardo de Gálvez, ahora con Fernando de Leyba.